Antonio Vargas y Enrique Sarneguet agradecen a la diócesis de Valencia el apoyo que reciben
VALENCIA, 14 ENE. (AVAN).- Los sacerdotes valencianos Antonio Vargas y Enrique Sarneguet, misioneros en Chile, han destacado la importancia de la próxima visita pastoral del papa Francisco, del 15 al 18 de enero, al país sudamericano “para que llegue a todos su mensaje de hacer una Iglesia que vaya a las periferias, que salga y llegue a las casas, para entrar en ellas, vivir lo que vive la gente y caminar con ellos”.
Antonio Vargas, de 68 años y misionero en Copiapó, capital de la región, ha expresado su deseo de que “la voz de Francisco alcance a todos, sobre todo en cuanto a los conflictos abiertos en Chile, como la situación del pueblo indígena mapuche en el Sur, el gran contingente de población en el centro y la emigración en el Norte, que se suman a la desigualdad muy manifiesta, por eso su mensaje nos hace mucha falta”.
En su visita, que será la segunda de un Pontífice a dicho país tras la realizada por San Juan Pablo II en 1987, “Francisco podrá ver las serias dificultades de los subcontratados, la falta de agua potable y la grave contaminación causada por la industria de la minería o la enorme cantidad de economía sumergida, entre otros problemas de la población”, ha indicado Vargas, misionero en Chile desde hace 11 años.
Por su parte, Enrique Sarneguet, de 56 años y que realiza su labor en la ciudad de Huasco, en el Sur, ha afirmado que “allí se espera con mucho ánimo al Papa para que anime a la Iglesia, porque habla muy claro y de temas que afectan directamente a Chile, como el cuidado de la casa de todos presente en ´Laudato Sí`, entre otros” y ha recordado que “el propio Pontífice nos dice que prefiere una Iglesia que se equivoque y con heridas a una Iglesia enferma porque está encerrada”.
Después de la visita “el pueblo y nosotros como Iglesia, también la jerarquía, tenemos que recoger el mensaje y hacer lo que el Evangelio nos pide, la centralidad de Jesús y estar con los pobres”, según Sarneguet, que ha explicado que en Chile “con el salario mínimo de 300 euros compran productos básicos al mismo precio que en España”.
“Lo importante es la Iglesia viva, que son las personas”
Los dos misioneros, que se encuentran estos días en la capital valenciana, han agradecido “a nuestra diócesis de Valencia el apoyo tan importante que recibimos a través de la delegación de Misiones y de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia además de amigos que nos ayudan a realizar proyectos de mejora en Chile”.
En este sentido, “en Copiapó ya finalizamos la reconstrucción de una capilla con aportaciones de amigos de Valencia y de los fieles de la comunidad y tenemos pendiente arreglar los locales para Catequesis y el tejado de otra y habilitar un centro para Catequesis, solicitado con urgencia al Obispado de allí”, según Vargas.
Por su lado, en Huasco “seguimos necesitando ayuda para acondicionar el tejado de la sala multiusos, para los niños de Catequesis y para velatorios, y también los salones parroquiales, que tienen más de 40 años y están deteriorados”, ha dicho Sarguenet.
Sin embargo, “lo importante no son las construcciones sino la Iglesia viva, que son las personas y por eso necesitamos el llamamiento del Papa para hacer una Iglesia en salida, no sólo en Chile, también en España, porque si no lo hacemos, construiremos capillas que cuando no estemos, se quedarán vacías”, ha precisado.
Por último, ambos sacerdotes han apuntado que en sus parroquias en Chile “hace falta colaboración de voluntarios profesionales para ocuparse de la alfabetización y la formación de oficios y talleres” y han destacado “además de la actividad evangelizadora, el papel que cumple la misión en la asistencia a los mayores, con alimentos y promoción de la salud, y en la formación para mujeres y jóvenes”.
(Fotografías: Víctor Gutiérrez )
Antonio Vargas, de 68 años y misionero en Copiapó, capital de la región, ha expresado su deseo de que “la voz de Francisco alcance a todos, sobre todo en cuanto a los conflictos abiertos en Chile, como la situación del pueblo indígena mapuche en el Sur, el gran contingente de población en el centro y la emigración en el Norte, que se suman a la desigualdad muy manifiesta, por eso su mensaje nos hace mucha falta”.
En su visita, que será la segunda de un Pontífice a dicho país tras la realizada por San Juan Pablo II en 1987, “Francisco podrá ver las serias dificultades de los subcontratados, la falta de agua potable y la grave contaminación causada por la industria de la minería o la enorme cantidad de economía sumergida, entre otros problemas de la población”, ha indicado Vargas, misionero en Chile desde hace 11 años.
Por su parte, Enrique Sarneguet, de 56 años y que realiza su labor en la ciudad de Huasco, en el Sur, ha afirmado que “allí se espera con mucho ánimo al Papa para que anime a la Iglesia, porque habla muy claro y de temas que afectan directamente a Chile, como el cuidado de la casa de todos presente en ´Laudato Sí`, entre otros” y ha recordado que “el propio Pontífice nos dice que prefiere una Iglesia que se equivoque y con heridas a una Iglesia enferma porque está encerrada”.
Después de la visita “el pueblo y nosotros como Iglesia, también la jerarquía, tenemos que recoger el mensaje y hacer lo que el Evangelio nos pide, la centralidad de Jesús y estar con los pobres”, según Sarneguet, que ha explicado que en Chile “con el salario mínimo de 300 euros compran productos básicos al mismo precio que en España”.
“Lo importante es la Iglesia viva, que son las personas”
Los dos misioneros, que se encuentran estos días en la capital valenciana, han agradecido “a nuestra diócesis de Valencia el apoyo tan importante que recibimos a través de la delegación de Misiones y de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia además de amigos que nos ayudan a realizar proyectos de mejora en Chile”.
En este sentido, “en Copiapó ya finalizamos la reconstrucción de una capilla con aportaciones de amigos de Valencia y de los fieles de la comunidad y tenemos pendiente arreglar los locales para Catequesis y el tejado de otra y habilitar un centro para Catequesis, solicitado con urgencia al Obispado de allí”, según Vargas.
Por su lado, en Huasco “seguimos necesitando ayuda para acondicionar el tejado de la sala multiusos, para los niños de Catequesis y para velatorios, y también los salones parroquiales, que tienen más de 40 años y están deteriorados”, ha dicho Sarguenet.
Sin embargo, “lo importante no son las construcciones sino la Iglesia viva, que son las personas y por eso necesitamos el llamamiento del Papa para hacer una Iglesia en salida, no sólo en Chile, también en España, porque si no lo hacemos, construiremos capillas que cuando no estemos, se quedarán vacías”, ha precisado.
Por último, ambos sacerdotes han apuntado que en sus parroquias en Chile “hace falta colaboración de voluntarios profesionales para ocuparse de la alfabetización y la formación de oficios y talleres” y han destacado “además de la actividad evangelizadora, el papel que cumple la misión en la asistencia a los mayores, con alimentos y promoción de la salud, y en la formación para mujeres y jóvenes”.
(Fotografías: Víctor Gutiérrez )
Info: AVAN