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    Más moderna y accesible

martes, 21 de marzo de 2023

¡Tenemos nueva página web!

En enero de 2011 comenzaba la andadura de la página web para la Delegación de Misiones y OMP de Valencia. Desde entonces han sido casi 129 mil las visitas a las 1300 noticias publicadas, secciones creadas y contenido compartido.

La misión ha sido siempre el eje vertebrado de lo que en la web se ha compartido, desde testimonios misioneros; noticias de la misión de la Iglesia universal y de la Iglesia en Valencia; actividades de animación, oración y formación misionera para niños, jóvenes y adultos... y muchas cosas más. Y es que 12 años dan para mucho.

Por eso no podemos cerrar esta página sin más, tanto vivido y compartido en el Blogger nos sirve para recordar, conocer y descubrir más sobre la misión a la que todos estamos llamados, y esta mirada al "pasado" nos sirve para afrontar mejor el futuro.

Así pues, la página seguirá abierta para que se pueda acceder y bucear por sus contenidos, lo cuales ya no se actualizarán. Para eso tenemos esta nueva web que inauguramos ahora, más moderna y funcional, que pretende seguir brindando el servi
cio de animación misionera adaptándonos a los nuevos retos y necesidades del mundo digitalizado en el que vivimos.

¡Descúbrela!

miércoles, 8 de febrero de 2023

Las ayudas de las Obras Misionales Pontificias al Congo en cifras

El Papa Francisco estuvo la pasada semana en un viaje apostólico en el Congo y Sudán del Sur. La Iglesia de la República Democrática del Congo es la más numerosa de África, con un 49% de católicos entre la población del país. Un porcentaje que llega casi al 98% si se suman las diferentes confesiones cristianas del país.

En los últimos 70 años la Santa Sede, a través de las Obras Misionales Pontificias, como Obras del Papa que son, ha estado siempre al lado de la Iglesia del Congo, apoyando su crecimiento y la labor, primero de los misioneros, y después del clero local y las congregaciones religiosas que han ido naciendo en el país, fruto del dinamismo de sus comunidades cristianas.

Gracias a la generosidad de los fieles de todo el mundo con las diferentes campañas y distintas Obras Misionales, solo en el año 2020 se enviaron 5.849.713 dólares a la Iglesia congoleña. Una suma que engloba los subsidios ordinarios –sumas para las necesidades del día a día, que fueron 1.623.333 dólares – enviados a cada una de las 48 diócesis. Otra importante partida son los 520.000 dólares destinados a la formación y necesidades de los catequistas, verdadera columna vertebral de la Iglesia en el Congo y, en gran parte, explicación de su crecimiento.

Con el resto se han financiado equipamientos parroquiales, escolares u obras en conventos y casas de religiosas. También, con las ayudas de las Obra Pontificia de la Infancia Misionera, se ha ayudado a la construcción de escuelas a su equipamiento y a la escolarización de niños refugiados, huérfanos, discapacitados… Otra partida muy importante, la enviada por la Obra de San Pedro Apóstol, ha ido destinada a respaldar económicamente a los seminaristas, 3.706 jóvenes, con una suma de 1.623.333 dólares. También se ha apoyado a 711 novicios y novicias de distintas congregaciones religiosas.

La Iglesia durante estos años pasaba de ser una minoría muy activa en el campo de la educación, la asistencia sanitaria y la ayuda social, a convertirse en la primera confesión del país. Si se toma el ejemplo de Lubumbashi, una de las archidiócesis del país, ha pasado de los 72.000 católicos y tres parroquias de 1950, a los casi dos millones actuales y 75 parroquias. Un crecimiento que se ve también en las vocaciones. De 67 sacerdotes, todos religiosos misioneros, de 1950, a los actuales 363 sacerdotes, casi todos ellos congoleños, con una muy pequeña presencia de misioneros. Además, la archidiócesis de Lubumbashi ya lleva años enviando misioneros, a través de las vocaciones religiosas. Y todo ello a pesar de ser “tierras probadas por largos conflictos”, como decía el Papa en el ángelus de ayer, en el que pedía oraciones que acompañasen su viaje.



martes, 7 de febrero de 2023

Una misión escondida: 150 años de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados

Fue el 27 de enero de 1873 cuando el sacerdote valenciano Saturnino López Novoa, con la ayuda y colaboración de Teresa Jornet, fundaba las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Barbastro, Huesca, para “amparar” a tantas personas mayores, pobres y abandonadas a sí mismas. Todo ello por la experiencia que vivió este sacerdote tras acoger a una anciana enferma, abandonada y que falleció cuidada y querida. La hoy Santa Teresa de Jesús Jornet llegó a Barbastro, acompañada de su hermana María y de la amiga de ambas, Mercedes Calzada, a unirse a las primeras aspirantes que, desde la tarde del 3 de octubre de 1872, dirigidas por D. Saturnino, comenzaban las primeras etapas de su formación. Pocos días después, Teresa fue nombrada superiora del grupo, y don Saturnino le entrega oficialmente las constituciones, que ella recibe como un designio de Dios. El 27 de enero de 1873, con la vestición del hábito de hermanitas de aquel grupo de 10 jóvenes en la iglesia del seminario de Barbastro, daba su primer paso oficial la nueva congregación.


Tras las primeras fundaciones de casas en España, en 1885 fundan el primer hogar en Cuba. En la actualidad son 204 los hogares en 19 países. Como cuentan ellas mismas, las últimas fundaciones han tenido lugar en Mozambique, Filipinas, Guatemala, Paraguay y El Salvador.

Una labor misionera escondida pero que no es sino la suma de innumerables encuentros con personas desamparadas a las que hacen llegar la misericordia de Dios. Ellas mismas reciben la ternura agradecida de Dios. Así lo muestra uno de los testimonios llegados a las Obras Misionales Pontificias de estas religiosas. Es el de la hermana Carmen Laguna, desde Bolivia:

“He vivido una experiencia reciente, muy fuerte con un ancianito que nos trajeron. Estaba en una población perteneciente a Cochabamba, en la calle totalmente abandonado, una señora al verlo le preguntó ¿qué hace aquí?, y le contestó: esperando a morir. Se lo llevó a casa, lo lavó, le dio de comer y lo llevó a Defensoría. Como estaba muy enfermo, los responsables de los adultos mayores lo llevaron al hospital y, al poco tiempo, nos lo trajeron al hogar.

En verdad que el Señor nos hizo ver su misericordia a través de este ancianito, qué capacidad de aceptación de su situación y limitación. Recibió la Santa Unción con mucha paz. Ahora, confiamos que ya goza de la presencia de Dios e intercede por los que todavía peregrinamos en esta tierra. Gracias, Padre, por escuchar la súplica de tus hijos y darnos un corazón para amar y unas manos para servir a nuestros hermanos. Hay muchos adultos mayores que no tienen ningún familiar, están inválidos, pero poseen lo más grande, la gratitud y un alma orante que se inmola día a día y está salvando a la humanidad. Cada día aprendo de los valores tan grandes que tienen nuestros mayores, la profundidad de su fe, la valentía de su esperanza y la sencillez de su amor”.