lunes, 31 de marzo de 2014

Rafel Alventosa i Artés “La dulce y confortadora alegría de evangelizar”


He tenido la oportunidad de visitar en tres ocasiones, la misión San Patricio en la costanera ciudad ecuatoriana de Manta. Y quiero decir que me identifico plenamente con el pensamiento del papa Francisco sobre la evangelización, recogida en la carta apostólica Evangelii Gaudium que a su vez se hace eco de la Encíclica de Pablo VI sobre la evangelización del mundo contemporáneo (EN 80) sin duda el documento más profundo y sencillo que un papa ha escrito sobre qué es evangelizar y cuáles son las disposiciones necesarias que debe tener cada cristiano para hacer eficaz el anuncio del Reino.

Como seminarista, en camino hacia el sacerdocio, me interesa mucho el aspecto misional de la formación de los futuros pastores de la Iglesia y siento que nuestra vida debe estar empapada del espíritu misionero que ha movido siempre a los grandes santos que han embellecido la Iglesia con su entrega generosa buscando amar y servir a Dios en las más pobres y necesitados de su gracia.
 Doy gracias a Dios por la oportunidad que me ha dado de colaborar, en tres ocasiones durante mis vacaciones, con el P. Ramón, misionero fidei donum en la misión san Patricio. Me he sentido muy feliz y muy realizado al poder “echarle una mano” pastoral. La parroquia de san Patricio tiene 50.000 habitantes situada en el cordón periférico de la ciudad de Manta, sus barrios son pobres y sus gentes sencillas y hambrientas de Dios.
El padre me confió algunas tareas como la de visitar enfermos, visita a las familias en riesgo, celebrar la Liturgia de la Palabra y funerales, animación de la juventud y acompañamiento de los monaguillos para alimentar en ellos el deseo de la vocación a la vida sacerdotal.
Recuerdo con nostalgia la acogida de algunas familias pobres que con gran sencillez abren su corazón al “misionero”. Me recibieron como al mismo Jesús de Nazaret esperando una palabra de aliento y de esperanza. Son familias con bajos recursos, muchos hijos, abandono del hogar por parte del padre, muy necesitadas de autoestima. Es aquí donde la fe cristiana cumple un papel de estímulo y superación a pesar de nadar en las dificultades.
 Valoro el testimonio de tantas valientes mujeres que sacan a flote su hogar con apenas los mínimos recursos. Trabajan de sol a sol por un sueldo bajísimo que al menos les permite comer y atender a los hijos para la escuela y la ropa, si se enferman “Dios proveerá” La misión San Patricio, a través del centro médico y el equipo de cáritas ejerce un apostolado social ejemplar y eficaz, pues, los casos más urgentes son atendidos en la medida de las posibilidades. Se les entregan víveres cada mes a un buen número de familias y se les ayuda en caso de necesitar atención médica y medicinas.
Últimamente visité al comunidad por las fiestas navideñas, todo un mundo nuevo para mí, ya que en el pacífico las temperaturas son tropicales, por tanto calurosas, y vivir la Navidad, cantando villancicos, asistiendo a la misa del gallo con un calor sofocante la verdad es que no es lo habitual para un valenciano …
Descubrí la navidad de los pobres, la alegría de no tener nada más que esperanzas y deseos de un mundo mejor, más justo y más humano, más fraterno y equilibrado y el convencimiento de que la Iglesia católica es una familia universal, una comunidad de fe, un pueblo formado por hombres de toda raza, lengua pueblo y nación, llamados al amor. La utopía del Reino poco a poco se va realizando en las comunidades de fe que dejan nacer a Dios en sus corazones.
La luz de Navidad irradia para todos y elimina oscuridades. Hay muchas oscuridades en nuestra vida, en la sociedades latinoamericanas y europeas, porque aún no hemos dejado plenamente que Cristo nazca y por eso somos tan lentos en la fraternidad, en la igualdad, en la solidaridad, en el compromiso de fe.
Doy gracias al padre Dios por habernos enviado a su hijo, doy gracias a la Iglesia que me está preparando para ser pastor, doy gracias a la misión San Patricio por ofrecerme la oportunidad de sentirme alegre y feliz en la dulce y confortadora acción de dar a conocer a Cristo. Es mucho lo que recibo a cambio de un poco de mis vacaciones.
Desde Valencia misionera un abrazo a todos los buenos amigos de San Patricio, espero veros pronto con la ayuda de OMP de Valencia y del P. Arturo que siempre me anima a “salir” a las periferias de la misión “ad gentes”.
A la Mare de Déu dels Desamparats li confie la vida del seminari de Valencia, dels nostres fabulosos formadors i dels seminaristes que amb esforç i il.lusió volem ser fidels a la crida de Jesús.

Rafel Alventosa i Artés

Seminari de València