martes, 17 de septiembre de 2013

Verano en Misión de Manuel Cuervo

Qué hago yo aquí…? Se preguntaba este joven madrileño al iniciar su experiencia misionera en Sierra Leona. ¿Qué hago yo aquí…? Se pregunta ahora Manuel tras este tiempo tan enriquecedor en Sierra Leona.

“El viaje hasta la misión es agotador. Primero muchas horas de vuelo hasta el aeropuerto de Lungi, en Sierra Leona con escalas. Después un largo viaje en minibús hasta el ferry que nos llevó hasta la capital Freetown, con largas horas de espera para cuadrar horarios. Y finalmente de nuevo un minibús que nos acercó hasta nuestro destino final, la casa de las Misioneras de la Caridad.
Al cansancio del viaje se une aclimatarse al clima de Sierra Leona, donde la humedad del ambiente es tremenda y también las condiciones de transporte, viajamos durante horas por una carretera “comarcal” sin luz y lloviendo…
“Nuestra labor diaria en casa de las Misioneras de la Caridad puede parecer poca cosa, de hecho es poca cosa, ¿qué podemos ofrecer unos novatillos en esto de la misión?.
Enseguida uno comprende que lo que siempre se puede dar es amor, estar con los enfermos, hacerles reír, compartir su risa, su dolor, su vida, cantar con ellos, dar patadas a un balón, (en mi caso, decir jugar al futbol es demasiado!), es estar dispuesto a todo lo que te pidan y darte sin reservas o por lo menos intentarlo.


Pero uno no puede dar lo que no tiene, por eso compartimos todos los días con las Misioneras de la Caridad la Eucaristía por la mañana temprano y para terminar la jornada antes de cenar una hora de adoración.
Muchos de los enfermos de la casa están de paso, bebes desnutridos que están con sus madres hasta que cogen algo de peso, pero también hay enfermos que se encuentran en la recta final de su vida. Al final son ellos lo que te hacen reír, los que comparten contigo su vida, los que te enseñan sus canciones, y los que cuando te ven aparecer por las mañanas te saludan con la mejor de sus sonrisas como si les visitará la persona más importante de Sierra Leona.´
Gracias a mi mujer, sin ella yo no habría comenzado esta y otra aventuras misioneras,  ella es  mi apoyo y es con ella con la que comparto esta llamada de Dios a dar un poco de nuestra vida en tierra de misión. Gracias a mis compañeros Luis, Cristina, José María… por alegría y disponibilidad sin ellos nada habría sido igual, han sido otro don más en esta experiencia misionera.

Y sobre todo gracias a los misioneros que dan su vida sin reservas y la comparten con nosotros.
Gracias a la Iglesia de Madrid que nos envío y bendijo, a todos los parroquianos del Sagrado Corazón de Jesús que nos han sostenido con su oración, y como no, gracias a nuestros familiares y amigos que rezan por nosotros y nos acompañan a la misión pues les llevamos en nuestro corazón.

Ya de vuelta en Madrid, me reincorporo a mi cotidianeidad a mi trabajo, a mi día a día. Cojo el coche y voy hacia el trabajo y me viene una pregunta a la cabeza… ¿Qué hago yo aquí?”

Manuel Cuervo Godoy
Grupo “Jóvenes para la Misión” , Madrid

La Delegación de Misiones de Madrid envió este verano a 14 jóvenes a Sierra Leona para tener una experiencia misionera y vivir un verano diferente en la Misión. Manuel es uno de estos jóvenes que ha compartido su tiempo con los más necesitados en Sierra Leona. Te invitamos a leerlo completo  No os lo perdáis, porque vivir una experiencia misionera de este tipo engancha, ¡que se lo digan a Manuel! que repite experiencia.

Si quieres leer su testimonio completo Pincha aquí.