Abel Coll Navarro, tiene 36 años. Nació en L´Eliana (Valencia). Es sacerdote. Lleva casi tres años en Perú, en la Parroquia
de Santa María Magdalena en Jimbe (Chimbote) a 500 kilómetros de
Lima.
Nos envía esta foto con la gente que colabora en la parroquia, no son todos, junto con las hermanas de dos congregaciones, catequistas y del coro.
Cuéntanos un
poco como llegaste a Perú…
Ya en el seminario tenía
inquietud misionera. Con el paso del tiempo fue creciendo y concretándose.
Después de unos años de ministerio en Valencia, mi diócesis de origen, llegué a
Lima, allí estuve colaborando con otros sacerdotes valencianos en la parroquia
de Santa María de la Providencia, y desde hace unos meses aquí, en otra realidad
distinta a aquella.
- ¿Cómo es tu
parroquia?
Es un comunidad rural, 1200
personas viven en el pueblo de Jimbe y alrededor de 5000 repartidas en más de 40
caseríos. Nos movemos entre los 1000 metros de altitud a los 3800. La gente es
muy reservada, y fría religiosamente hablando.
- ¿Qué es lo más agradable de tu
labor aquí, y lo que más te cuesta?
Lo más bonito de cada día es la
Eucaristía donde me encuentro con la comunidad, lo más difícil, ayudar a vivir
la fe con autenticidad.
- Algún salmo que te acompañe en
tu tare de manera especial…
“Oh Dios, crea en mí un corazón
puro, renuévame por dentro con Espíritu firme, no me arrojes lejos te tu rostro,
no me quites tu Santo Espíritu.
- ¿Qué te traerías a Perú de
Valencia, y que llevarías allí de estas tierras?
La alegría y el hablar bonito de
estas gentes me las levaría a Valencia, y de Valencia me traería el mayor orden
en las cosas.
- ¿Qué le dirías a los jóvenes que
no encuentran sentido a sus vidas?
Que el misterio de
la vida está en Cristo, conociéndole él les mostrará el camino.
(Blogg aventura Prodigiosa 2009)