LA FAMILIA Y LA MISIÓN AD GENTES
Saludos fraternos a todos/as
los/as que se acercan con fe y espíritu misionero a la lectura de “Valencia
Misionera”. Desde la Delegación de misiones (OMP) nos han invitado a compartir
con vosotros nuestro caminar misionero, como matrimonio y familia. Lo primero
presentarnos, somos Ximo y María llevamos casados 10 años y nuestros hijos son:
Esther de 7 años, Javier de 5 años y Rubén con 3 años recién cumplidos.
Gracias a la fe transmitida por
nuestros padres, así como por: educadores, maestros/as, sacerdotes,
religiosos/as, misioneros/as,… el don de la fe ha ido germinando en nuestros
corazones. En nuestra vida siempre hemos sentido como el Señor nos acompaña y
guía en todo momento; nosotros también le hemos tenido presente, desde la
oración, en todos aquellos procesos de toma de decisiones que determinan el
proyecto de vida de cualquier persona y familia.
En nuestro caminar de fe el Señor
siempre nos ha llamado a amar al prójimo más próximo, pero también a salir de
nuestra tierra (comodidades, miedos, prejuicios, seguridades,…) y salir al
encuentro del otro.
Intentando responder a sus
llamadas hemos podido participar activamente de la misión ad intra, en diversos
ámbitos: pastoral juvenil, pastoral social (infancia, personas sin hogar,
presos,…), medios de comunicación, catequesis, grupos de matrimonios,…; pero
descubriendo que es más importante ser testigos desde la sencillez de lo
cotidiano y cuidando nuestra vida de fe, que caer en la espiral del activismo
y, en ocasiones, en el aparentar, buscando el prestigio y alimentando nuestra
vanidad.
La llamada a servir y compartir
con nuestros hermanos que viven en situación de pobreza extrema, nos condujo en
el 2004 a tener una experiencia de misión ad gentes en Honduras, Alfredo
Marhuenda, responsable de cooperación internacional de Cáritas Diocesana nos
puso en contacto con los misioneros de la Congregación de la Misión (PP.
Paúles) que estaban en la zona selvática de La Moskitia. Allí tuvimos nuestro
primer contacto con la misión, en esa ocasión lo vivimos como matrimonio ya que
todavía no teníamos hijos.
Al regreso nuestro compromiso
eclesial y social continuó, pero al comenzar a llegar los hijos el Señor nos
regaló un nuevo sentir y actuar, la paternidad y maternidad; eso nos llevó, de
manera natural, a buscar reorganizar nuestros tiempos y aprender a conciliar
nuestro ser familia cristiana con nuestros compromisos sociales, laborales,…
La semilla del amor de Cristo
unida a la inquietud por servir a los pobres y anunciar la buena noticia del
evangelio a todos los pueblos de la tierra, seguía viva en nuestros corazones;
a mediados del 2010 Ximo habló con D.
Miguel Palacios para contarle nuestra inquietud misionera y el hándicap de
tener tres hijos, él nos animó y nos dijo: “
…es muy importante que haya matrimonios y familias misioneras ya que los
consagrados pueden explicar de teoría que es el matrimonio cristiano pero hacen
falta testigos que les hagan ver que es posible vivirlo…”.
En octubre de 2010 y de manera
providencial volvimos a contactar con los PP. Paúles, por mediación de ellos
pudimos empezar un proceso de formación y discernimiento con los Misioneros
Seglares Vicencianos (MISEVI). De ellos
nos sorprendió que, desde el primer momento, asumieron como propia la responsabilidad
de dar respuesta a la llamada, de ser el canal a través del que poder expresar
y dar forma a nuestra inquietud misionera. También con ellos hemos podido
profundizar en el sentido de eclesialidad, más allá de los carismas propios,
culturas, nacionalidades,… Todos somos miembros del cuerpo de Cristo, y todos
los miembros son igualmente importantes y necesarios para la construcción del
Reino.
Fue el equipo coordinador de
MISEVI quien nos propuso, como parte de nuestro proceso de discernimiento, la
posibilidad de tener una experiencia de misión en Sacaba - Cochabamba (BOLIVIA).
Y así ha sido. Este verano hemos
gozado del privilegio de vivir 6 semanas en misión como familia. Esta
experiencia ha sido muy enriquecedora y positiva para nosotros.
En la actualidad nos encontramos
tratando de ver cuál es la voluntad de Dios para nuestra familia. A todos los
que leáis estas líneas os pedimos vuestra oración para que el Señor nos muestre
con claridad el camino y nos regale la paz. Lo que sí está claro, es que la
misión ad gentes ha tomado una
relevancia especial en nuestras vidas y que estemos aquí o allí, seguiremos
trabajando por ella.
Os prometemos que más adelante,
os contaremos con más profundidad nuestra experiencia en Bolivia y el poso que
ha dejado en nosotros.
Recibid un abrazo de paz.
Familia Simó Castellano
Blog: familiamisioneracatolica.blogspot.com