lunes, 15 de octubre de 2012

Familia Misionera Simó Castellano.


LA FAMILIA Y LA MISIÓN AD GENTES

Saludos fraternos a todos/as los/as que se acercan con fe y espíritu misionero a la lectura de “Valencia Misionera”. Desde la Delegación de misiones (OMP) nos han invitado a compartir con vosotros nuestro caminar misionero, como matrimonio y familia. Lo primero presentarnos, somos Ximo y María llevamos casados 10 años y nuestros hijos son: Esther de 7 años, Javier de 5 años y Rubén con 3 años recién cumplidos.

Gracias a la fe transmitida por nuestros padres, así como por: educadores, maestros/as, sacerdotes, religiosos/as, misioneros/as,… el don de la fe ha ido germinando en nuestros corazones. En nuestra vida siempre hemos sentido como el Señor nos acompaña y guía en todo momento; nosotros también le hemos tenido presente, desde la oración, en todos aquellos procesos de toma de decisiones que determinan el proyecto de vida de cualquier persona y familia.


En nuestro caminar de fe el Señor siempre nos ha llamado a amar al prójimo más próximo, pero también a salir de nuestra tierra (comodidades, miedos, prejuicios, seguridades,…) y salir al encuentro del otro.


Intentando responder a sus llamadas hemos podido participar activamente de la misión ad intra, en diversos ámbitos: pastoral juvenil, pastoral social (infancia, personas sin hogar, presos,…), medios de comunicación, catequesis, grupos de matrimonios,…; pero descubriendo que es más importante ser testigos desde la sencillez de lo cotidiano y cuidando nuestra vida de fe, que caer en la espiral del activismo y, en ocasiones, en el aparentar, buscando el prestigio y alimentando nuestra vanidad.

La llamada a servir y compartir con nuestros hermanos que viven en situación de pobreza extrema, nos condujo en el 2004 a tener una experiencia de misión ad gentes en Honduras, Alfredo Marhuenda, responsable de cooperación internacional de Cáritas Diocesana nos puso en contacto con los misioneros de la Congregación de la Misión (PP. Paúles) que estaban en la zona selvática de La Moskitia. Allí tuvimos nuestro primer contacto con la misión, en esa ocasión lo vivimos como matrimonio ya que todavía no teníamos hijos.

Al regreso nuestro compromiso eclesial y social continuó, pero al comenzar a llegar los hijos el Señor nos regaló un nuevo sentir y actuar, la paternidad y maternidad; eso nos llevó, de manera natural, a buscar reorganizar nuestros tiempos y aprender a conciliar nuestro ser familia cristiana con nuestros compromisos sociales, laborales,…

La semilla del amor de Cristo unida a la inquietud por servir a los pobres y anunciar la buena noticia del evangelio a todos los pueblos de la tierra, seguía viva en nuestros corazones; a  mediados del 2010 Ximo habló con D. Miguel Palacios para contarle nuestra inquietud misionera y el hándicap de tener tres hijos, él nos animó y nos dijo: “ …es muy importante que haya matrimonios y familias misioneras ya que los consagrados pueden explicar de teoría que es el matrimonio cristiano pero hacen falta testigos que les hagan ver que es posible vivirlo…”.
 
En octubre de 2010 y de manera providencial volvimos a contactar con los PP. Paúles, por mediación de ellos pudimos empezar un proceso de formación y discernimiento con los Misioneros Seglares Vicencianos (MISEVI). De  ellos nos sorprendió que, desde el primer momento, asumieron como propia la responsabilidad de dar respuesta a la llamada, de ser el canal a través del que poder expresar y dar forma a nuestra inquietud misionera. También con ellos hemos podido profundizar en el sentido de eclesialidad, más allá de los carismas propios, culturas, nacionalidades,… Todos somos miembros del cuerpo de Cristo, y todos los miembros son igualmente importantes y necesarios para la construcción del Reino.

Fue el equipo coordinador de MISEVI quien nos propuso, como parte de nuestro proceso de discernimiento, la posibilidad de tener una experiencia de misión en Sacaba - Cochabamba  (BOLIVIA).

Y así ha sido. Este verano hemos gozado del privilegio de vivir 6 semanas en misión como familia. Esta experiencia ha sido muy enriquecedora y positiva para nosotros.

En la actualidad nos encontramos tratando de ver cuál es la voluntad de Dios para nuestra familia. A todos los que leáis estas líneas os pedimos vuestra oración para que el Señor nos muestre con claridad el camino y nos regale la paz. Lo que sí está claro, es que la misión ad gentes ha tomado una relevancia especial en nuestras vidas y que estemos aquí o allí, seguiremos trabajando por ella.

Os prometemos que más adelante, os contaremos con más profundidad nuestra experiencia en Bolivia y el poso que ha dejado en nosotros.

Recibid un abrazo de paz.


Familia Simó Castellano

Blog: familiamisioneracatolica.blogspot.com