viernes, 19 de octubre de 2012

DOMUND 2012, los misioneros, volcados en los demás


Este domingo 21 de octubre se celebra en todo el mundo el Domingo Mundial de las Misiones, el DOMUND, una jornada misionera en la que se tiene presente a los más de 14.000 misioneros repartidos por los cinco continentes. Las Obras Misionales Pontificias respaldan su labor y les ayudan en esa preciosa tarea no exenta muchas veces de dificultades. Considera que ellos, los misioneros, son el mejor proyecto de solidaridad, son personas con nombre y apellidos que entregan su vida por los demás y, además, trabajan por transmitir la fe, como Marcos Delgado Arce, de la Sociedad de Misiones Africanas, en Benín: “Acabo de venir de Salanga, un pueblo a 42 kilómetros de la misión, donde hemos celebrado 14 bautismos y 3 bodas de los bautizados. Toda una fiesta en la más grande sencillez. Ayer por la noche tuvimos también otros 12 bautismos en Baugou”.
Trabajan por la educación: “Llevo por estas tierras más de 35 años. Mi trabajo es dirigir una universidad jesuítica en pleno territorio maya, Quetzaltenango, con más de 6.000 alumnos, y el fin primordial de nuestras obras educativas siempre ha sido la formación integral de los alumnos”, cuenta José Mª Ferrero Muñiz, Jesuita, desde Guatemala.


Los misioneros están cerca de quienes sufren guerras: “Nos toca acompañar a este pueblo en esta difícil situación, que sobre todo hace sufrir a los más desfavorecidos”, dice Arantza Bajineta Astigarraga, Sierva de María de Anglet, en Costa de Marfil.
Los misioneros están presentes antes, durante y después de las catástrofes, como nos explica Mª Visitación Zuazu Sola, Misionera Dominica del Rosario, en Perú. “Desde hace ocho años estoy en San Clemente (Pisco), intentando ayudar en la construcción de casas y personas después del terremoto del 2007”.
Comparten la pobreza: “Tengo 81 años, de los cuales he pasado 46 en Zimbabue y 8 con un cáncer a cuestas, por fortuna ya operado y sin metástasis. Sigo ayudando a mis pobres mandando dinero y ropa y lo que sea”, explica José García González, Instituto Español de Misiones Extranjeras, desde Zimbabue.
En definitiva, los misioneros se hacen uno más con la gente: “Apenas hace cuatro meses que llegué a mi misión, por lo tanto, por ahora estoy conociendo la realidad y aprendiendo el idioma camboyano”, Gema Extremo Aranda, Hija de María Auxiliadora, en Camboya.