miércoles, 17 de agosto de 2011

MIGUEL, NUESTRO DELEGADO DIOCESANO,




Elías (I Reyes 19,9-14), refugiado en la hendidura de la roca, espera a Yavhe en el fragor del huracán, del terremoto o el fuego; pero pasa en la caricia de la brisa suave. Al igual que el profeta, imaginamos la presencia de Dios, de su Reino, en los signos de magnificencia y poder. Y es en la fuerza de la debilidad, en el murmullo de la Gracia presente en los humildes y sencillos, en los pequeños gestos, donde se construye el Reino.





Miguel Angel Palacios ha pasado, “haciendo el bien”, como un murmullo de Dios, sin hacerse notar, escuchando cuitas de sus hermanos, valorando las pequeñas ayudas que llegaban a la Delegación de los amigos de las Misiones o de las Delegadas Parroquiales. Agradecía el donativo de una Beca para la Obra de san Pedro Apóstol al igual que los 10 ó 50 euros que sumaba en la Hoja Misionera hasta completar los 2000.





Miguel estaba siempre dispuesto a recibir a cuantos se le acercaron en su ministerio, o en la Delegación. Se alegraba, cuando un misionero pasaba a visitarlo. Los sacerdotes confiaron siempre en su labor, creando Becas Misioneras y entregando las colectas anuales del Domund. La Santa Infancia se mantiene en Valencia, multiplicándose en los niños que vibran con las experiencias de los lugares de misión. Animaba la preparación de Valencia Misionera (ésta es la Nº 114), dando a conocer la vida de los misioneros valencianos esparcidos por el mundo. Acompañó a nuestros obispos en sus visitas a Africa o América Latina. Su trabajo como hormiguita hacendosa ha situado a la Diócesis en la cabeza de la ayuda a las OMP. Nos explicaba su permanencia en la oficina las mañanas de los sábados: “alguien puede necesitar un sacerdote o entregar una limosna a las obras de la Iglesia; allí estaba él”.





El señor Arzobispo, acompañado del obispo de Tortosa, del Delegado Nacional de las OMP y unos 60 sacerdotes, presidió el entierro de Miguel el lunes 8 de agosto, junto a su familia, amigos y feligreses de Ntra Sra de Sales de Sueca. El Prelado invitaba a meditar: “en la vida y en la muerte somos del Señor” y a mantener vivo el Mandato de Jesús: “Id al mundo entero a predicar el Evangelio”.





La Delegación agradece a los hermanos y sobrinos de Miguel en la persona de Juan sacerdote, y a cuantos anónima y generosamente le han colaborado personal y económicamente acompañándole en su vida y labor.


Delegación Diocesana de Misiones de Valencia