jueves, 7 de julio de 2011

Recibimos en las Misiones una carta de Sor Maria José Vila Maravilla



Creo que llego a tiempo de enviaros estas letras antes de la Jornada Mundial y desde el Este de África, y desde el corazón de Kenia…me dispongo hacerlo. Soy valenciana y misionera de retaguardia, es decir, soy religiosa de vida contemplativa o de clausura como queráis llamarlo.



Con otras hermanas de nuestra Orden de Agustinas Recoletas me enrole hace cinco años en el proyecto de fundar un convento de vida contemplativa en esta diócesis de Machakos-Makueni comunidad de la que soy responsable. Y aquí estamos… intentando dar presencia contemplativa en esta iglesia de tan solo 49 años de catolicismo. Gracias a Dios podemos contemplar la raigambre estupenda de nuestra fe cristiana en esta iglesia local africana.



Nos acompañan veinte jóvenes. Gloria al Señor y bien para la iglesia local y universal!!!



Aquí estamos muy al tanto del gran acontecimiento que se prepara en España el próximo agosto con la Jornada mundial de la Juventud. Nuestra Patria se va a ver invadida de juventud sedienta de Dios. Pedimos que esa preciosa juventud se encuentre con el Señor, se abra a su amistad y sea generosa para la entrega. El lema de las JMJ 2011 es sugerente: FIRMES EN LA FE.. Merece la pena… la fe aumenta cuando se da… el amor crece cuando se entrega… Tantas urgencias de hacer el bien y tantas posibilidades de comunicarlo, que no queden apresadas por proyectos de vida egoísta o estéril, acaso limitada por el goce inmediato y efímero. Nos debemos unos a otros, como Jesús se entrego por todos. No cabe duda de que el centro de las Jornadas mundiales de la Juventud ha sido, es y será Cristo.



No nos desviemos de ese maravilloso CENTRO… Dar la vida merece la pena… y hacerlo desde la fe y el amor resulta muy gratificante.



Para conocimiento de los jóvenes, les digo que nuestra vida aquí es maravillosa, la carencia de cosas, la pureza de la naturaleza el continuo sufrir y luchar para vivir nos hace estar pendientes de DIOS PADRE, experimentamos como EL cuida de todos como de predilectos hijos, especialmente de los más pobres, vivimos en una zona árida, sin agua, ya llevamos excavados 8 pozos, y todos sin agua excepto uno que da poca y salada, ahora hemos hecho un aljibe en el río seco y de allí canalizamos el agua desde 2 Km., y medio por bajo tierra hasta nuestro monasterio, imagínense, como vendrá esa agua del río donde va toda la basura, pero... agua es; Tenemos en proyecto hacer una presa en la huerta para recoger el agua de la lluvia y poder cultivar algo pues así y todo es agua mejor que la del río, pero como todo, cuesta dinero y excede de nuestras posibilidades. Don Miguel, ¿no nos podrían ayudar un poquito?¿ No hay nada para estas pobres monjas de clausura? No sé dónde tender mis manos en busca de algo de ayuda, no pido todo, algo, muchos poquitos pueden ayudarnos a tener agua, algo tan esencial para vivir. Pero bien DIOS SOBRE TODO Y EN TODO.



Saluda a todos con afecto y oración esta Comunidad contemplativa en el corazón de África. En nombre propio y en el de mis hermanas



Sor Maria José Vila Maravilla, OAR