viernes, 20 de mayo de 2011

Abandonar el hogar y el país para seguir la vocación al sacerdocio

Las diócesis y vicariatos apostólicos de las zonas de misión no pueden sostener en ocasiones toda la infraestructura de un seminario, especialmente en cuanto a formadores y profesores se refiere. Optan por enviar a sus seminaristas a seminarios de otras diócesis o de otros países. Sin embargo, para estas iglesias nacientes hasta los gastos de viaje son una carga que les cuesta afrontar. La Obra de San Pedro Apóstol, de las Obras Misionales Pontificias, les ayuda gracias a la generosidad de tantos fieles católicos del mundo. Así ocurre con los seminaristas de Cabo Verde, en África. Los 20 seminaristas de las dos diócesis de Mindelo y Santiago de Cabo Verde reciben 12.000 dólares para que puedan prepararse para el sacerdocio en Portugal.

En Oceanía, las distancias a salvar son mayores. La diócesis de Auki y la de Gizo envían 50 seminaristas a prepararse al seminario de Honiara, en su mismo país, las Islas Salomón, pero separadas por kilómetros de agua. A ellos se destinan 14.500 dólares.

Circunstancias similares tienen que afrontar los seminaristas de Aitape (8 seminaristas), Alotau (10 seminaristas), Daru-Kiunga (5 seminaristas), Kundiawa (28 seminaristas), Wabag (9 seminaristas), Wewak (10 seminaristas), todas diócesis de Papúa-Nueva Guinea. En algunos casos a estos jóvenes les separan de sus casas más de 500 kilómetros de océano o de jungla virgen. Los 17.500 dólares que les envía la Obra de San Pedro Apóstol les permitirán afrontar sus gastos de viaje y no perder, con el trabajo pastoral durante las vacaciones, la relación con su iglesia local.