Un total de 16 jóvenes valencianos han partido este verano a países de misión para ayudar y colaborar como misioneros a través de nuestra iniciativa #VeranoMisión.
Así, cada verano, muchos jóvenes deciden compartir su tiempo libre
con los que más lo necesitan. Por unos meses se convierten misioneros y dedican
sus vacaciones estivales a marcharse a los territorios para vivir un
#VeranoMisión, o lo que es lo mismo, una experiencia con los misioneros que les
transformará la vida.
Este año los destinos son Perú, Honduras, República Dominicana y
Mozambique, en donde los jóvenes misioneros se entregarán en cuerpo y alma para
ayudar al prójimo. Todos ellos han recibido formación a lo largo del
curso con encuentros preparatorios, que comienzan cada año en el mes de octubre.
Este año han marchado rumbo a tierras peruanas tres jóvenes que ya
se encuentran en Lima. Allí van a prestar su ayuda en el colegio Santo Tomás de
Valencia que cuenta con cerca de 700 niños de los barrios pobres surgidos en
los cerros del norte de la capital peruana.
Allí, ofrecerán su apoyo en las aulas por las mañanas, realizando
tareas de refuerzo escolar por las tardes, y colaborarán con las labores
pastorales propias del colegio. Además, el colegio es parroquial, y en la
parroquia ayudarán también en la catequesis tanto de niños como de
jóvenes.
Este pasado lunes, además, dos seminaristas acompañaron al
delegado diocesano de Misiones, Arturo García, al Vicariato Apostólico de
Requena, en Perú, donde realizarán una labor pastoral.
Desde hace años la archidiócesis de Valencia colabora con este
vicariato.Allí destaca la parroquia San José Obrero, ubicada en el pueblo de
Jenaro Herrera y que cuenta con un comedor infantil donde alimenta a 167 niños,
muchos de ellos desnutridos, a los que, además, ofrece refuerzo escolar con la
ayuda de voluntarios.
República Dominicana
Hasta la República Dominicana viajarán cuatro jóvenes, entre ellos
un matrimonio que repite del año pasado, para realizar campamentos de niños en
las comunidades de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de
Sabaneta.
Esta parroquia forma parte de la diócesis de San Juan de la
Maguana, la cual está compuesta por tres provincias que integran la Sub-Región
de El Valle y por sus municipios correspondientes (Elías Piña, San Juan y
Azua).
Situada al norte de la ciudad de San Juan de la Maguana -a unos 20
kilómetros-, es un distrito municipal de Juan de Herrera.
Las familias que viven en estas zonas son extremadamente pobres.
La práctica totalidad se dedican a la agricultura, una agricultura nada
tecnificada y de- pendiendo totalmente de la lluvia o de la sequía, con el
agravamiento económico que ello supone en estos años que se arrastra una
notable sequía.
Honduras
Raquel y Patricia, fundadoras de la Asociación LUMA, ya se
encuentran en Honduras, más concretamente en Nuevo San Juan, una colonia que se
formó después del paso del huracán Mitch con familias que lo habían perdido
todo. Allí prosiguen con su labor en el proyecto ‘‘PsicoHonduras’ cuyo
principal objetivo, a través de un psicólogo del lugar, proporcionar asistencia
psicológica a todas aquellas personas que lo soliciten. De esta manera,
“pretendemos impulsar la promoción humana en los usuarios, incidiendo en su
salud mental, y acompañar a todas estas personas en su situación”.
En estos días, Raquel y Patricia han podido asistir, más de cerca,
a una terapia ocupacional organizada por su psicólogo Óscar en el asilo de
ancianos. Durante la misma, los residentes plan- taron unos árboles frutales,
los cuales cuidarán y disfrutarán de su proceso de crecimiento. “Ellos y ellas
están super felices, y nosotros más aún de seguir haciendo todo esto posible”,
aseguran desde Honduras.
Mozambique
Hasta Mozambique se han desplazado las jóvenes iniciadoras del
‘Proyecto Ontupaia’, un proyecto que nació en el año 2017 para ayudar desde
Valencia a las Hijas de la Caridad y su labor educativa y de acogida a niños y
familias, y también al centro de salud Akumi que rigen las religiosas en Nacala
donde atienden a mujeres embarazadas y niños que, en su mayoría, son portadores
del VIH, y también enfermedades como la malaria, el tifus y la
tuberculosis.
El pasado mes de junio organizaron una carrera virtual para
recaudar fondos para la reconstrucción de escuelas infantiles en el barrio de
Ontupaia que quedaron arrasadas tras el paso del huracán tropical Gombe el
pasado mes de marzo.
La tormenta tropical “arrasó la ciudad de Nacala, la ‘escolinha’ y
las casas de muchos profesores que son para nosotros familia”, explica Mireia
García, profesora de Religión en Benetússer, que ha viajado cuatro veces a
Mozambique y que este año repite experiencia.