domingo, 3 de abril de 2022

Oración Misionera, crónica de la oración con las Hijas de la Sagrada Familia de Agullent

 

El día domingo tres de abril del presente año, las hijas de la Sagrada Familia dieron  una cordial bienvenida a todos los presentes a la capilla de su Monasterio “Belén de la Inmaculada”. De manera especial agradecieron la presencia de Don Arturo García (Delegado de misiones de la Arquidiócesis de Valencia) y también de los Sacerdotes Misioneros que le acompañaron en esta ocasión.

Dicho domingo fue una ocasión para congregarse como Pueblo de Dios: Los sacerdotes presentes, la comunidad religiosa Hijas de la Sagrada Familia tanto las de vida contemplativa y las de vida activa -quienes también se hicieron presentes-, unidos a todos los que en representación del pueblo de Agullent y pueblos vecinos se unieron a “La oración misionera”. Esta oración se realiza una vez al mes en los distintos monasterios presentes en nuestra diócesis con el fin de elevar a Dios nuestra acción de Gracias por la labor apostólica que realizan los misioneros de la Iglesia, quienes, dedicando su vida, siendo portadores del Evangelio, se gastan y desgastan con ardor para llevar a las almas al conocimiento y al amor de Dios.

En la tarde del mismo día, se dijo también, que se debe tener presente a todas las naciones que viven creyéndose abandonadas por Dios, porque nadie o muy pocos son los que acuden a misionar en ellas, por los pueblos más necesitados, por todas las gentes que padecen un sinfín de dolencias, y de manera especial se pidió al Señor por las almas que mueren sin conocer el amor de Dios, sin ser bautizadas, sin incluso escuchar su Nombre.

Que el mandato misionero que nos dejó el Señor: <<Id por el mundo entero y predicad el Evangelio>>, se haga vida en nuestros corazones y por medio de nuestra oración el Señor le conceda la perseverancia y fortaleza a todos los que se han entregado a esta vocación, y suscite en la Iglesia muchos y Santos Misioneros (Sacerdotes, Religiosos, Matrimonios y Laicos) que movidos por el deseo de la Gloria de Dios se entreguen con un corazón magno y generoso a su santo servicio.