miércoles, 1 de diciembre de 2021

Material Tú Eres Misión: "San Francisco Javier"

Ya estamos en Adviento, tiempo de preparación para vivir la Navidad; tiempo para levantar la mirada y, orando, abrir nuestros corazones para recibir a Jesús.

Jesús viene a hacer fecundas nuestras historias personales y colectivas, y nos manda a anunciar, sobre todo a los oprimidos, a los humildes, y también a los que sucumben bajo el peso de sus pecados.

El Adviento nos invita a un esfuerzo de vigilancia, mirando más allá de nosotros mismos, nuestras alegrías y dolores, alargando la menta y el corazón para abrirnos a las necesidades de la gente, de los hermanos y al deseo de un mundo nuevo.

Este viernes celebramos, San Francisco Javier, Patrono de las Misiones. En este tiempo de Adviento San Francisco Javier nos invita a llegar muy lejos para llevar a Cristo, viviendo en una profunda dimensión misionera. En el resuenan las palabras del profeta “preparad el camino del Señor”: preparamos la venida de Jesús en nosotros y en el mundo para que su presencia en Navidad llene todo de su luz.



Francisco de Jasso y Azpilicueta, nació en 1506 en Navarra. Se orientó hacia la carrera eclesiástica y el cultivo de las humanidades, que estudió en Leyre y Pamplona. En 1525, se trasladó a París para completar su formación. donde conoció a Ignacio de Loyola, quien le atrajo para su proyecto de fundar una nueva orden. Francisco, abandonando sus pretensiones de promoción dentro del estamento eclesiástico, hizo sus primeros votos en París (1534), se ordenó sacerdote en Venecia (1537) y participó en la fundación de la Compañía de Jesús en Roma (1539).

Desde entonces se consagró a la actividad misionera: en 1541 fue enviado a la India como legado pontificio, con la misión de evangelizar las tierras situadas al este del cabo de Buena Esperanza, respondiendo a una petición de Juan III de Portugal. Instalado en 1542 en Goa (capital de la India portuguesa), desplegó  una activa labor evangelizadora, especialmente a partir de la fundación del colegio-seminario de Santa Fe para sacerdotes nativos, la dedicación a los enfermos y presos y defendiendo la justicia frente a los abusos de los colonos.

Su apostolado se extendió por el sur de la India (entre los poblados parabas a quienes dotó de un catecismo en lengua indígena), Travancor, Ceilán, Madras, Malaca, las Islas Molucas y Japón.

Francisco Javier administró el bautismo a miles de nativos, superó la oposición de los brahmanes y estableció una asidua correspondencia con los miembros de la Compañía de Jesús en Roma, cuyas noticias, a las que se unió su fama de taumaturgo, dieron origen a numerosas vocaciones misioneras entre sus compañeros. Regresó a los lugares ya visitados para reorganizar las misiones establecidas y a proveerlas de unas normas de funcionamiento, antes de marchar a evangelizar a Japón, adonde llegó en 1549; predicó durante dos años en Kagoshima, Hirado, Yamaguchi y Bungo, estableciendo favorables contactos para su labor con los daymios o gobernadores feudales japoneses, no sin grandes dificultades. 

Reclamado por las comunidades misioneras de la India, regresó a Goa en 1551, donde inició los trámites necesarios para organizar su pretendido viaje a China, dificultados por la prohibición existente en este imperio sobre la entrada de extranjeros en su territorio. Pero cuando se disponía a entrar en China, murió de pulmonía a las puertas de Cantón, en la isla de Sancián. 

Sus restos fueron trasladados a Goa en 1554, donde su culto se extendió rápidamente. A comienzos del siglo XVII se inició el proceso de su beatificación, proclamada por Paulo V el 25 de octubre de 1619; nombrado patrón de Navarra en 1621, el 12 de marzo del año siguiente fue canonizado por Gregorio XV, juntamente con San Ignacio de Loyola, entre otros. Pío X lo declaró patrono de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide en 1904, y Pío XI patrón de todas las misiones en 1927.


En este "tiempo de oportunidades", como es el Adviento, nos vemos celebrando la fiesta de San Francisco Javier que nos sigue diciendo que en el mundo existen millones de personas que no han conocido la Buena Noticia. Pero, tal vez si viniera hoy, también nos diría que existen otros tantos millones que aún habiéndolo conocido y aún estando bautizados….viven como si nunca hubiesen oído hablar de Él. 

Y, yo ¿Vivo en profundidad mi relación con Jesús y su Buena Nueva?

Que San Francisco Javier nos haga recuperar este Adviento el encanto de creer y de esperar en Cristo, el Señor. Y, con ello, recordando como atravesó los mares para llevar la luz del Evangelio, seamos capaces llevar esa luz, que es Cristo, a los demás; para preparar el camino de la Navidad. Para ello es bueno sentarnos tranquilamente y saciarnos de los próximos días que se acercan. No precisamente de turrón y sí de fe y de esperanza en Dios. La salvación que se espera de Dios tiene también el sabor del amor.


Para conocer un poco más de la vida del Santo patrono de las Misiones puedes leer este artículo y si quieres presentar la vida del misionero adaptada para niños puedes visitar esta web