Si hace tres días pensábamos en poner la atención en las diferentes personas que estuvieron presentes en los últimos momentos de la vida de Jesús, para que nos ayudara vivir estos días con plenitud, ahora te invitamos a que puedas dedicar algún momento de oración para celebrar y vivir la Pascua de Resurrección.
En la Pascua, a Maria Magdalena le descolocó y le alegró a partes iguales escuchar de boca de su amigo Jesús su nombre, y fue en ese momento cuando lo reconoció. El propio Jesús nos llama por nuestro propio nombre para que vivamos desde Él, para que junto con Él demos testimonio de su vida, ¿dónde puedes identificar esa llamada tan personal y provocadora que te hace Jesús por ser tú?
En la Pascua, los discípulos de Emmaús pese a tenerlo al lado durante todo el camino no fueron capaces de reconocerlo, pero una vez lo hicieron, una vez Jesús partió el pan, no pudieron contenerse y dejando el miedo de lado salieron de noche a contarlo. En este caso vuelve a ser Jesús mismo el que con su presencia nos alegra la vida quitándonos los miedos e invitándonos a salir a los caminos a anunciar la alegría de saber que Él ha resucitado. En esta Pascua, ¿hacia dónde podemos dirigirnos a dar la buena noticia de la nueva vida?
También en la Pascua, Jesús tuvo momentos de mesa compartida. Cuando los discípulos tristes y decepcionados vuelven a sus vidas anteriores, en ese momento el mismo Jesús se hace presente provocando que Pedro salte de la barca y se acerque hasta Él, allí donde con unas brasas Jesús esperaba a poder compartir un almuerzo. Otra vez Jesús es el que nos mueve, a saltar, a alegrarnos, a mojarnos... Pedro y algunos discípulos almorzaron con Jesús resucitado en el mar de Tiberias, ¿cómo vas a celebrar tu la resurrección de Jesús durante esta Pascua?
Jesús en esta Pascua nos invita a vivir una vida nueva, descentrada de nuestros asuntos y centrada en su padre, en Dios, y para ello nos ha dejado su ejemplo, su amor hasta el extremo y su resurrección. La provocación de Jesús es grande, vivir como Él siguiéndole como lo hacían los discípulos por los caminos de Palestina y a caminar con la alegría de saber que Él por medio de la resurrección nos ha perdonado. Y tú, ¿vives la misión de tu día a día a día con la alegría de la salvación?