Este domingo 7 de marzo por la mañana fallecía, en El Escorial, Teresita una niña de ocho años, mientras rezaba el rosario con sus padres. Su sueño fue ser algún día misionera, y al final lo ha sido, por su aceptación cristiana de la enfermedad y por su testimonio de fe.
Ángel Camino Lamela, vicario episcopal en la archidiócesis de Madrid, ha seguido de cerca las últimas semanas de Teresita, y en una emotiva carta cuenta que el pasado 11 de febrero, Jornada del Enfermo, fue a celebrar la Eucaristía al Hospital de La Paz. Tras concluir la misa en la que había médicos, enfermeras y familiares de enfermos, los capellanes del hospital le propusieron visitar a una niña gravemente enferma, a la que iban a operar de un tumor en la cabeza al día siguiente. Allí fue donde don Ángel se encontró con Teresita: “Un vendaje blanco rodeaba toda su cabeza, pero tenía la cara suficientemente descubierta como para percibir un rostro verdaderamente brillante y excepcional”. Tras saludarla, y decirle que le traía a Jesús, cuenta el Vicario la conversación que sostuvo con ella: “‘¿Me traes a Jesús verdad?’, sí, le respondo, te traigo a Jesús y la fuerza del Espíritu Santo con la Unción. A continuación me dice: ‘¿Sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús’. Lo oye su madre y dirigiéndose a su hija le dice: ‘dile a Ángel lo que tú quieres ser’. Mira fijamente a su madre y le dice: ‘¿Se lo digo de verdad?’, y la mamá dice: ‘tú verás’. Teresita me dice: ‘yo quiero ser misionera’. Me impacta tanto su respuesta, totalmente inesperada para mí, que cogiendo fuerzas de dónde no tenía, por la emoción que me produjo su respuesta, le digo: ‘Teresita, yo te constituyo ahora mismo misionera de la Iglesia, y esta tarde te traeré el documento que lo acredita y la cruz misionera’. Ella añade: ‘P. Ángel, ¿sabes una cosa?: yo rezo para que muchos niños conozcan a Jesús’”.
Tras esta conversación el sacerdote le ha administrado la Unción de Enfermos, le he dado la comunión y la bendición apostólica del Papa Francisco. “Ha sido un momento de oración, sumamente sencillo pero profundamente sobrenatural”, cuenta don Ángel. “Se han unido a nosotros algunas enfermeras que espontáneamente nos hicieron unas fotos, para mí totalmente inesperadas, y que quedarán como un recuerdo imborrable. Nos hemos despedido mientras ella con su mamá se quedaba rezando y dando gracias”.
Esa tarde, tras recoger una cruz misionera y con el “nombramiento” como misionera, el vicario volvió al hospital. En el documento que llevaba, verdadero envío misionero como el de tantas misioneras y misioneros que parten a los territorios de misión, se recogía lo siguiente: “Tengo el honor de nombrar misionera a Teresita, confiando que sabrá ofrecer al Señor, en todo momento, sus dolores y lo que pueda costarle física o psicológicamente, para acercar a muchos hombres y mujeres, niños y niñas a Jesús, como lo hizo Sta. Teresita, Patrona de las Misiones. Madrid 11 de febrero de 2021. Fiesta de la Virgen de Lourdes. Día del Enfermo”.En la UCI del hospital, sigue contando el sacerdote, “En cuanto me ve la mamá dice en voz alta: ‘Teresita ¡no me lo puedo creer! Viene el Sr. Vicario con el regalo para ti’. La niña que estaba medio dormida se despertó de inmediato y cogió entre sus manos el documento y la cruz. La mamá se lo lee en voz alta, mientras ella escucha atentamente y ocurre lo que nos imaginábamos, se emociona hasta que la madre la consuela, y Teresita dice en voz alta: ‘esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana la llevo al quirófano. Ya soy misionera’”. La historia de Teresita se ha ido conociendo y se han sucedido los mensajes llegados a sus padres, enviados por personas impactadas por el testimonio de su hija.
La niña falleció este domingo 7 de marzo a las 9:00h. Se la ha velado en el Tanatorio de El Escorial. Mientras rezaban el rosario, el cardenal Carlos Osoro ha llamado para hacerse presente. Ha tenido palabras de esperanza y consuelo y ha dado su bendición a Teresita de cuerpo presente y a todos los acompañantes.
En ese momento, prosigue contando el vicario, “cuando he creído que estaba todo terminado, la tía de Teresita en voz alta y delante de todos en la sala del Tanatorio me dice: ‘P. Ángel ¿me permite que le ponga el audio que Teresita me envió el mismo día que usted la constituyó misionera?’. Por supuesto, respondí, y textualmente oímos con una voz muy suave, como de alguien que está cansado, pero que saca fuerzas de dónde no las tiene, y dice: ‘Hola tía, te cuento una cosa muy importante para mí, esta mañana después de recibir la Unción y la comunión, el Vicario de Madrid me ha constituido misionera: ya soy misionera’. Como os podéis imaginar quedé sin palabras”.