miércoles, 24 de febrero de 2021

Material Tú Eres Misión "Cuaresma. La oración"

 Un tiempo diferente

Nos encontramos en un tiempo especial. No solo porque vivimos en un tiempo de pandemia, sino porque recientemente hemos empezado la Cuaresma, tiempo de penitencia y conversión. La pasada Cuaresma la pasamos en nuestras casas, recogidos, sin grandes actividades, sin poder salir de casa.

¿Cómo viví la anterior Cuaresma? ¿Hice un proceso de interiorización y de relación íntima con el Señor?


Un tiempo de oración

Resguardarse es aquello que hacen muchos religiosos que se dedican estrictamente a la oración en la clausura como Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones. La oración nos ayuda a ponernos delante de Dios y mostrarle lo que somos, con nuestros dones y nuestras limitaciones. La oración es aquella que sostiene en la misión a todos los cristianos que anuncian a Cristo en el mundo, pues en la oración se funda la relación más íntima y sincera con Dios. Este tiempo de Cuaresma es tiempo de oración.

La oración parte de una predisposición sencilla que nos pone delante del Padre –Buenas tardes Señor, vengo a encontrarme contigo como el amigo que queda cada día con aquel que necesita hablar para contarle sus sufrimientos, alegrías y deseos- La oración es guardar silencio, exterior e interior, sabiendo que el que tienes delante te quiere y te ama, y tu sola presencia le basta. La oración finaliza con un sencillo Padre Nuestro, que nos hace elevar las peticiones más sinceras al Padre.

La oración es tiempo de dejarnos alcanzar por la palabra de Dios, de masticarla, de leerla, de hacerla tuya, de escuchar lo que dice la Iglesia sobre este relato. Tal vez, esta Cuaresma podríamos leer el Evangelio de Marcos, que vamos a estar leyendo los domingos fuera de la Cuaresma en la Eucaristía.

¿Me he planteado ya como voy a vivir esta Cuaresma? ¿De qué manera voy a crecer en interioridad con el Señor? ¿Qué medios voy a poner para encontrarme con Él cada día?


Un tiempo para la esperanza

¡Animo! Busca un lugar en tu casa para tener cada día un momento de conversación con Dios. Busca un pequeño rincón, donde puedas encontrar silencio, lejos de distracciones; pon una cruz y contempla como este camino de la Cuaresma nos lleva a esa cruz que es el AMOR en mayúsculas; tal vez, puedes incorporar cada semana una frase del Evangelio dominical, colgarla y que presida ese lugar de encuentro con el Señor. Él te está esperando; necesita escucharte; no tengas miedo de contarle lo que tienes dentro, Él ya te conoce, pero le gusta que se lo cuentes.

La oración es un mensaje de esperanza para todos los testigos de la caridad y del amor fraterno. En estos tiempos de pandemia seamos testigos de la esperanza, hablemos de ella, abramos sus puertas y transmitamos el mensaje del amor de Dios.