viernes, 18 de diciembre de 2020

Adviento 2020, en vísperas de Navidad

Este domingo celebramos el 4º Domingo de Adviento. Con este motivo, nuestro colaborador, el misionero D. Juan Sanchís nos envía este escrito que compartimos con todos vosotros: 


“VEN SEÑOR JESUS”

     En mis lecturas de estos días de Adviento encuentro una narración- es de un novelista- que habla de un famoso Personaje, que recibe la noticia de que “Dios va a venir a su casa”. El se siente feliz, honrado con ese anuncio, pensando que era un reconocimiento a sus obras, a su  pensamiento.  Lo prepara todo y hasta su discurso para acoger la Visita. Cuando menos se lo piensa se presenta a su puerta el mismo JESÚS. Le invita a su mesa y comienzan a conversar. El Personaje le habla de los premios obtenidos, de su filosofía, de cómo pensaba que se había de instaurar el Reino de Dios. Jesús habla con sus palabras del Evangelio: las parábolas de  aquel samaritano que encuentra un malherido en la vera  del camino, del pastor que deja 99 ovejas en el aprisco para buscar a la descarriada,  del padre que prepara un banquete para recibir al hijo que se había arrancado de su casa y retorna destrozado. Jesús habla de la felicidad de las Bienaventuranzas y del juicio de Dios por la atención dispensada al “hambriento y sediento, al  enfermo y encarcelado al pobre”… Al atardecer, llega el momento de la despedida, y  Jesús oye  unas palabras: “SEÑOR, NO VUELVAS MAS”… Esa lectura me recordaba los últimos versos del soneto castellano:  “Qué es lo que tengo que mi amistad procuras”: cuando se le invita al alma a abrir  ventanas responde: “Mañana las  abriremos, para lo mismo responder mañana”.

     Es que acoger a JESÚS supone entrar en su ritmo, en aquel de la carta a los Filipenses: “dejó su condición divina para hacerse uno de nosotros”, para entrar en nuestra historia humana y así ser nuestro Salvador, amándonos hasta el extremo. Pasó su vida haciendo el bien, siempre al servicio de los demás. En una ocasión se deja lavar y perfumar sus pies por una pecadora, con el consiguiente escándalo. Pero Él se pondría a lavar los pies de los discípulos, diciéndoles que imitaran su ejemplo,  que el Reino de Dios solo se construye desde la humildad, desde la transparencia, desde el amor,  desde el perdón. Nos enseña a llamar a Dios “Padre” y a confiar siempre porque el Padre nos ama siendo nosotros pecadores y, por tanto, nunca debemos perder la esperanza.

     Preparemos la Navidad con la oración de la Iglesia: “VEN,   SEÑOR  JESUS,   pidiendo al Espíritu Santo, que obre maravillas en nosotros como en la Virgen María y que transforme nuestro corazón para que vivamos abiertos a Dios y a los hermanos,  que ilumine nuestros ojos para que seamos agradecidos a los constantes dones y favores que Dios nos  concede cada día.

     “VEN, SEÑOR JESÜS” a nuestros corazones y hogares en esta NAVIDAD de 2020 , atípica con tantas restricciones, pero en la que no nos falte la alegría y la esperanza, porque estás siempre a nuestro lado.        

 Bellreguart  8 de Diciembre de 2020.    


Juan Sanchis  Ferrairó