"Es un servicio esencial, fundamental, que consiste en ayudar a las personas a reforzar su adhesión al Señor Jesús, a modelarse cada vez más en Él y a entrar decididamente en la vida de la comunidad cristiana". Lo dijo monseñor Pedro Salamanca Mantilla, presidente de la Comisión de Catequesis y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal Colombiana -se lee en la página web del Episcopado-, con motivo del Día del Catequista, que la Iglesia colombiana celebra cada año el 21 de agosto, día en que se recuerda al Papa Pío X.
Si no existiera este ministerio, la Iglesia no podría cumplir su tarea de evangelización, dijo, especialmente ahora que las familias y las escuelas ya no pueden transmitir la fe a los niños.
Finalmente, citando la Carta Apostólica "Antiquum Ministerium", en la que el Papa Francisco instituyó oficialmente el ministerio laico del catequista, el prelado concluyó animando a todos los catequistas a vivir inspirados en la figura de San Juan de Ávila, un gran predicador, que dedicó su vida a la oración y a la contemplación.