En la celebración, el Cardenal, que estuvo acompañado por el arzobispo emérito de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, animó a los aspirantes a “no tener miedo porque Dios os envía, está con vosotros, quiere vuestra felicidad, la que sentís al responder a su llamada” y ha subrayado el “tiempo suficientemente prolongado de preparación” que han completado “para ir donde el Señor, a través de su Iglesia, os destine”.
“Él os ha llamado y os envía para que preparéis el camino, la presencia de la caridad de Cristo a través de vosotros como siervos y servidores del Evangelio para anunciar la buena noticia a los pobres, a los que andan rotos, los vulnerables y necesitados”, señaló el Cardenal, quien reiteró la urgencia de “evangelizar, hacer el bien como Jesús, orar y anunciar el Evangelio, atender a los enfermos, proclamar la Palabra y comunicar la paz”.
Profesores, un abogado, un médico y un economista, entre los aspirantes
Los candidatos a recibir el orden del diaconado permanente son Llorens Arnandis Llácer, de L´Alcúdia; Juan Lorenzo Baviera Bartual, de Torrent; Gregorio Cañada Soler, de Ontinyent; José Juan Fabado Colomer, de Benaguasil; Joan Albert Magraner Gamón, de Catarroja; Julio Palomera Durá, de Alcoi; Francisco José Sáez Cano, de Xàtiva; Víctor José Viciano Climent, del Grao de Gandia; Julián Felipe Zanón Tripana, de Puçol; y procedentes de Valencia: Ramón Borja Piñeiro, Gonzalo Cabrera Barrero, Miquel Esquerdo Castelló, Javier Enrique Morales Sarabia, Antonio Moya Ansón, Miguel Ángel Pérez García, Pedro Antonio Pérez García Moroto, Santiago Peyró Gregori, Nicolás Sánchez García, Andrés Jaime Valencia Pérez.
De sus distintos perfiles destaca que sus edades oscilan entre los 35 y los 77 años; 15 de ellos están casados y cuatro solteros; dos son jubilados; entre ellos hay profesores, un abogado, un economista, un médico anestesista y un funcionarios; y todos están integrados en la pastoral parroquial y en actividades diocesanas, destaca José Rodilla, responsable de formación y secretario de la comisión diocesana del diaconado permanente del Arzobispado.