Los misioneros españoles siguen
escribiendo sobre la situación en Filipinas. El misionero segoviano Jesús
Galindo cuenta que “en cuestión de unas semanas nos han sacudido varias
calamidades que han causado destrucción y muerte. El 15 de octubre, un
terremoto de magnitud 7.2 sacudió la isla de Bohol y provincias colindantes, en
la región central de Visayas. Causó más de 200 muertos y destruyó un buen
número de edificios, entre ellos muchas Iglesias que fueron construidas en tiempo
de la colonización española y eran monumentos nacionales. Desde entonces han
tenido más de 2.000 temblores (aftershocks). Y el viernes pasado, 8 de
noviembre, el super-tifón Yolanda sacudió y arrasó la misma zona de Visayas;
aunque la provincia peor parada esta vez ha sido la isla de Leyte. La ciudad de
Tacloban ha quedado destruida en un 80 por ciento, con más de 10.000 muertos.
Nuestra casa-noviciado en la ciudad de Ormoc, Leyte, también ha quedado
malparada, aunque los frailes están ilesos. Gracias a Dios, en esta zona de
Manila donde yo vivo nos hemos librado de estas calamidades. Estamos haciendo
lo posible por ayudar a los supervivientes”.
También escribe el misionero Mateo
Goldaraz, capuchino navarro. “Los Capuchinos estamos presentes por todas las islas
y tenemos dos agencias de ayuda: ‘Tulay lingap del Padre Pío’ y ‘Capuchin
Medical Mission’. En la ciudad de Ormoc, cerca de Tacloban, donde ha sido el
centro del tifón, tenemos un Monasterio floreciente de Capuchinas Mejicanas y
Filipinas; precisamente iba a ir a darles una semana de renovación, cuando
llegó el tifón y me paró los pies; gracias a Dios que no continué porque ahora
está todo cancelado e incomunicado, con miles de muertos... ¡Dios Santo...!
¡Aquí estamos al pie del cañón llevando a estos hermanos el consuelo de Jesus
Resucitado...! Agur... Eskerrik asko...!”.
La misionera Sagrario Llorente, Dominica
de la Anunciata, cuenta que “verdaderamente el pueblo filipino está sufriendo
en estos momentos un terrible problema y desolación. Varias ciudades del
centro, Bisayas, están completamente destruidas, especialmente Tagloban la
capital de Leite; Samar, ya de por sí muy pobre y parte de Iloilo. Según las
últimas noticias, hay en Tagloban unas 10.000 personas fallecidas, que serán
muchas más.
En los 26 años que llevo aquí, cada vez
admiro más la fe de este pueblo que le ayuda a resucitar de las cenizas y a
vivir con algo más de esperanza. El estar aquí, es para nosotras una gracia que
Dios nos da a través de estas personas extraordinarias.
Roguemos y pidamos a Dios siga
ayudándonos a salir de esta y otras situaciones. A nosotras no nos ha tocado
mucho, gracias a Dios, en Manila solo fuertes lluvias y algo de viento. Durante
el mes de octubre, muchas parroquias de Quezon City y Manila sirvieron de alojamiento.
Cerca de los lugares donde ha ocurrido la tragedia, hace poco tuvieron un
terremoto de 7'2 escala Ritcher. Siempre llueve sobre mojado. Confiemos en la
solidaridad nacional e internacional que va respondiendo con generosidad”. OMPRESS-FILIPINAS