
Mary Glowrey, una religiosa misionera australiana, que dedicó 
toda su vida a las misiones y a los más pobres y sufrientes de la India, ha sido 
declarada el pasado 27 de marzo, Sierva de Dios, paso previo a la beatificación 
y canonización. El anuncio tuvo lugar durante la misa crismal en la Catedral del 
Niño Jesús de Guntur, India. Esta increíble mujer, doctora en medicina además de 
en amor a los demás, llegó a Andra Pradesh en 1920, tras abandonar una 
prometedora carrera en Melbourne, Australia. Según describía ella, el momento en 
que tomó la decisión de partir para la India fue “un cara a cara con Cristo que 
dejó claro ante mí la labor de mi vida”.
Una 
vez en la India entró en la Sociedad de Jesús, María y José, la congregación 
religiosa a la que perteneció durante 36 años hasta su muerte. La religiosa 
australiana dedicó su vida a cuidar a los enfermos y a dar consuelo a los 
afligidos. Pío XI le envió una especial bendición apostólica agradeciendo su 
labor por los más necesitados. A su centro de salud acudían multitudes que 
llegaban incluso de aldeas muy lejanas. Tenía un enorme celo por hacer llegar la 
asistencia médica a todos. Su pequeño dispensario en Guntur creció hasta 
convertirse en el Hospital de San José, en el que, durante años, Mary fue la 
única doctora.











































