El Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, Mons. Braulio
Rodríguez, arzobispo de Toledo, acompañado de Mons. Camilo Lorenzo Iglesias,
obispo de Astorga y miembro de la Comisión Episcopal de Misiones y de D.
Anastasio Gil, director nacional de Obras Misionales Pontificias, clausuraba
ayer la Asamblea Nacional de Directores Diocesanos de Obras Misionales
Pontificias que ha tenido lugar en Madrid desde el lunes, agradeciendo a los más
de cien participantes su trabajo, dedicación y entrega a la tarea misionera de
la Iglesia en cada una de las diócesis españolas.
Esta
última jornada comenzaba con la presentación del Mensaje del DOMUND del Papa
Francisco, de la mano del delegado de Misiones de Zaragoza, Antonio
González-Mohíno, quien resaltó algunas de las palabras del Papa ante este Día
Mundial de las Misiones recordándoles, entre otras cosas, la gratitud y el ánimo
del Santo Padre hacia todos aquellos que anuncian el Mensaje de Jesús a todos
los rincones de la tierra. El Papa agradece la acogida de la llamada del Señor a
dejar su propia vida para servir al Evangelio en tierras y culturas diversas de
todos los misioneros y las misioneras, de los sacerdotes fidei donum, de los
religiosos y religiosas, y de los fieles laicos – cada vez más
numerosos.
Tras
esta reflexión sobre el mensaje de la jornada que tendrá lugar en octubre, se
presentó el cartel y el lema del DOMUND, “Caridad + fe = misión”. Se habló, a
cargo del delegado de misiones de Albacete, José Joaquín Tárraga, de la
importancia de los medios de comunicación en el quehacer diario de una
delegación de misiones. En puntos sencillos explicó cómo “evangelizar internet”
y cómo transmitir adecuadamente toda la información misionera que se
genera.
La
conferencia de clausura “Los bienes económicos al servicio de la Misión” estuvo
a cargo del vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal
Española, Fernando Giménez Barriocanal. Su intervención se centró en la gestión
económica y financiera de estos bienes, tanto en el contexto actual como de cara
al futuro con objetivos a alcanzar, el cumplimiento de la normativa canónica y
civil, las herramientas a utilizar... sin olvidar ser instrumentos de
evangelización. “Hay que ser conscientes de la importancia de este ministerio y
su finalidad, vivir este trabajo como una vocación, cumplir escrupulosamente la
ley y las normas básicas de una conducta ética, pero sin olvidar que todo
nuestro trabajo tiene sentido si está afianzado en la fe, en fidelidad a la
Iglesia, viendo en el rostro del alejado a Cristo”, recordó Giménez
Barriocanal.OMPRESS-MADRID.