lunes, 19 de noviembre de 2012

“Los misioneros fueron donde nadie fue”: la Iglesia en la guerra civil de Angola


“Angola está lejos de lo que la gente desea y merece”, afirmaba el misionero Tony Neves durante la presentación del libro “Angola. Justicia y Paz”, que se presentó el pasado jueves en Lisboa. El padre Tony Neves, autor de una tesis doctoral sobre el papel de la Iglesia en la guerra civil en Angola, y en la que se basa el libro, afirmó que el proceso de construcción de una sociedad democrática en este país va a llevar mucho tiempo.
En su libro “Angola. Justicia y paz y la intervención de la Iglesia Católica (1989-2002)”, este religioso portugués de la congregación de los espiritanos destaca que “una guerra destruye el tejido social, y es completamente normal que 10 años después del final de los combates no todos lo hayan superado todavía y persistan algunas injusticias que este conflicto ha creado”.


“Parece extraño que un país con tantas capacidades económicas y financieras tenga hambre, pero son todavía efectos de la guerra”, señalaba el padre Neves, que sigue con atención y preocupación las noticias de Angola. Este misionero espiritano describe la situación en el enclave de Cabinda, en el norte de este inmenso territorio, como un “problema político muy delicado” y lamentó que la emisora católica angoleña Radio Ecclesia, no se oiga en todo el país.
“Es grave que la voz de la Iglesia sea silenciada fuera de Luanda”, afirmó añadiendo que la ley prevé la extensión de la señal a todo el territorio, pero su regulación no ha avanzado a pesar de las reuniones entre la Iglesia y el Gobierno.
Preguntado sobre las desigualdades sociales que existen en Angola, el padre Tony Neves destacó que “el capitalismo liberal, por su naturaleza, hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres”.
El Obispo de Oporto, Mons. Manuel Clemente, es el autor del prólogo de este libro y el epílogo está escrito por Gabriel Mbilingi, Presidente de la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé. Se trata, dijo el misionero, de un estudio “con la intención de demostrar que la Iglesia Católica en Angola durante la guerra civil, tuvo una intervención de calidad y marcó la diferencia”. “Los misioneros fueron donde nadie fue y la Iglesia nunca se ausentó de los escenarios de guerra, aunque le ha costado caro: muchos religiosos y religiosas fueron asesinados porque querían quedarse con la gente en los momentos más críticos en la historia de la guerra civil en Angola”.
El autor señaló que “la Iglesia resolvió muy bien el problema (guerra civil) a nivel teórico, denunció todas las atrocidades de la guerra y las violaciones de los derechos humanos, y propuso principios para alcanzar la paz y corregir algunos de los daños causados por el conflicto a través de una asistencia humanitaria y una presencia solidaria muy fuerte”.OMPRESS-LISBOA.