Soy Beatriz Cavestany, misionera de Cristo Jesús en Japón, desde hace 42
años!
Con mi agradecimiento hacia el trabajo de Valencia Misionera, hoy
quería notificarles la muerte de la Hna. Amparo Mateu. Nació en Mislata
(Valencia) el 5 de diciembre de 1923. Familia de 8 hermanos, siendo ella la
única chica y la última de todos.
Entró en el Instituto de Misioneras de
Cristo Jesús, 4 años después de su fundación, en el 1948.
Hizo sus primeros
votos en Javier, el 3 de Octubre de 1950. Fue destinada a Japón y en 1952
llegaba a sus costas.
En 1956, el 3 de Octubre hacía sus votos perpetuos,
estando en la Prefectura de Yamaguchi.
Su servicio a la Misión fueron 60
años. La mayoría de ellos, derrochando sus horas en dedicación plena al
Evangelio.
Grupos de iniciación al Cristianismo y a la profundización de la
fe.
Su salud no era fuerte y por haber sufrido de complicaciones de riñón,
también consiguió el poder trabajar en un Hospital del Estado acompañando a los
enfermos que requerían largas horas de diálisis.
Temperamento fuerte pero muy
sociable. El acercarse a la gente era su gozo.
La enfermedad junto con los
años, llamaron a su puerta... su deseo era seguir trabajando, pero el Señor
debió dar por bien cumplida su jornada. Sus últimos 15 meses los pasó en Javier
(Navarra) y desde allí a la casa del Padre, el 25 de Agosto pasado, 2012.
En
la última Parroquia donde estuvo largos años trabajando, se compartió la noticia
de su muerte-VIDA, al domingo siguiente de enterarnos de ella. Fue emotivo el
apreciar el recuerdo vivo que muchos tenían de ella.
Rogamos que la semilla
de Evangelio que ella intento esparcir, haya caído en tierra buena y de frutos
abundantes que otros recojan y alaben con ello al Señor Dios, Padre de
todos.
Escribo desde Tokyo-to Edogawa-ku Minami Koiwa
6-25-6.
Efectivamente, junto con la Hna Amparo Mateu, eran 4 las
valencianas de esta comunidad¨: Consuelo Domenquec, Maria Antonia Sanz y Amparo
Franco. A nombre de cada una de ellas llega la Revista de Valencia Misionera,
pero pensamos que con un folleto, sería suficiente para todas. Mil gracias
por su colaboración y oraciones. Necesitamos con urgencia nuevos brazos que
trabajen con entusiamo en esta viña. Un abrazo para
todos