miércoles, 20 de abril de 2022

Material Tú Eres Misión: "Domingo de la Divina Misericordia"

Este domingo, primero después del Domingo de Pascua, celebramos la Fiesta de la Divina Misericordia, instituida por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000.

Fue Santa Fauitina Kowalska quien a través de una serie de revelaciones que el mismo Jesús le hizo, nos recuerda el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada en la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo. Este mensaje de Misericordia es que Dios nos ama a todos no importa cuan grande sean nuestras faltas. Y nos invita a reconocer que su Misericordia es más grande que nuestros pecados, acercarnos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. 

El Papa Francisco nos dice: "La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. [...] Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansamos de pedirle perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros"



"Bienaventurados los misericordiosos por que ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5:7)

En este tiempo de Pascua, de gozo, cabe plantearnos si experimentamos en nuestra vida la Divina Misericordia. El mensaje revelado a Santa Faustina recoge unas prácticas que nos fueron dadas como "instrumentos de misericordia" por medio de los cuales el amor de Dios es derramado sobre todo el mundo, pero no son suficientes por sí solas. Debemos mostrarnos misericordiosos con nuestro prójimo. ¡Poner la Misericordia en acción no es una opción de la devoción a la Divina Misericordia sino un requisito de todo cristiano! 

"Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso" (Lc 6, 36)

  • Para celebrar esta Fiesta podemos rezar  la coronilla de la Divina Misericordia como aquí mostramos:

LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA

 (para rezarla con las cuentas del rosario)

Al comienzo:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Al comienzo de cada decena (1 vez):

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En cada cuenta de la decena (10 veces):

Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al terminar (3 veces):

Santo Dios, Santo Fuerte,  Santo Inmortal, ten piedad de  nosotros y del mundo entero.

Puedes conocer más sobre esta fiesta y la devoción a la Divina Misericordia aquí