"Buenas tardes a todos. Agradecemos a Dios la posibilidad que nos da hoy de poder celebrar este rato de oración juntos, en las Vísperas del DOMUND.
La presencia aquí de una representación del Seminario, futuros continuadores de la misión apostólica y también de religiosas y religiosos que viven tan intensamente la tarea misionera de la Iglesia, nos llena de una gran alegría y gratitud.
El mensaje del Santo Padre para la jornada del DOMUND de este año nos recuerda que la historia de la evangelización comienza con una búsqueda apasionada del Señor, con la experiencia de la amistad con El- Necesitamos estar ante El y contemplarle, para poder transmitir realmente "lo que hemos visto y oído"; su amor sin medida " que siempre nos precede y acompaña"
En esta tarde, os damos la bienvenida a esta casa de silencio y oración, donde todo se orienta a escuchar la Palabra de Dios y cumplirla, a buscar continuamente el rostro del Señor. El hace arder nuestro corazón en un deseo intenso de ser, desde nuestra vocación contemplativa, ayuda y sostén de todos los misioneros y misioneras.
Con Él y en Él, nos hacemos presentes en sus trabajos y fatigas, acompañándoles y compartiendo la entrega de sus vidas en el celo apostó lico para hacer llegar el Evangelio a todas las almas.
Todos los que estamos aquí sabemos bien que Su presencia activa en nuestro corazón, es el fuego ardiente que nos impulsa a la misión- El Papa nos dice que urgen misioneros de esperanza que, ungidos por el Señor, sean capaces de recordar proféticamente que nadie se salva por sí solo. Por eso pedimos al Señor esta tarde que aumente nuestra fe, que reanime nuestra esperanza y que nos llene de su amor.
Gracias por vuestra presencia."
Contando esta zona con más de 80.000 Km cuadrados solo tienen 4 sacerdotes, ayudados de catequistas y religiosas que están entregando sus vidas para anunciar el Evangelio en medio de múltiples dificultades, en lugares de muy difícil acceso y de escasos medios, que hacen verdaderamente un reto el poder mantener viva la fe, en comunidades donde solo tienen la oportunidad de celebrar la Eucaristía una vez al año. Han podido aprender con estos misioneros, apóstoles del amor de Dios, que no pueden dejar de anunciar el Evangelio, aun a costa de la propia vida. La experiencia vivida allí, le ha hecho ver la importancia de este día. Fue experimentando que el llamamiento a la misión no es sólo para quienes están allí lejos de sus países. Sino que todo cristiano, como miembro de la Iglesia, como bautizado, está llamado a anunciar el Evangelio. Con esta experiencia ha podido ver que por poco que cada uno pueda llegar a aportar, ayuda a estos misioneros, como a través de esta oración, ellos reciben la fortaleza necesaria que les sostiene. Ha palpado claramente que esto no es fruto de una obra humana, sino que la gracia que reciben de toda la Iglesia y el apoyo de tanta gente por poco que sea, ayuda y sostiene a mantener vivos estos lugares, a tener encendida la llama de la fe y la caridad cristiana, manifestándose en todo tipo de obras a favor de estas personas tan necesitadas y desfavorecidas.
Finalmente, hizo un llamamiento a aportar nuestro granito de arena
en esta tarea evangelizadora que nos compromete a todos. Apuntó que el océano
está formado por múltiples gotas de agua, Dios espera nuestra aportación. Lo
que hemos visto y lo que hemos oído ha sido el amor incondicional de Dios,
fueron las palabras con las que Celeus concluyó su testimonio. Seguidamente se
tuvo un rato de silencio para orar por todas estas intenciones, y concluyendo
las Vísperas de este día, recibimos los presentes la Bendición solemne con el
Santísimo, encomendándolo todo con el canto final de la Salve a la Virgen Madre
y Reina de las misiones.
La próxima oración misionera será el domingo 21 de noviembre a las 18:00 en Real de Gandía en el convento de las Hermanas de Claraval. ¡Os esperamos!