“Y se llenaron todos de Espíritu Santo” (Hch 2, 1-11)
Esta
semana celebramos en la Iglesia la venida del Espíritu Santo. Jesús asciende al
cielo, pero no nos deja solos, Él nos entrega su Espíritu, el Espíritu Santo.
Un Espíritu que recibimos por el Bautismo como agua viva, y que nos hace hijos
de un mismo Padre, y hermanos de Jesús. Un Espíritu que lo inunda todo y lo
invade todo, es por esto que viene a actuar en medio del mundo, de una tierra
seca y necesitada de vida. El Espíritu que es como el viento, que, sin ser
visto ayuda a las aves a volar, ayuda a las flores a derramar el polen. Un Espíritu
que viene a ser el fuego que ilumina nuestras oscuridades incluso en los
rincones más oscuros. Este es el Espíritu Santo, que viene a nuestra vida y nos
regala siete dones, siete regalos que llenan nuestra vida y nos ayudan a estar más
cerca de Dios, ¿Cómo los podemos identificar y potenciar?
DON
DE SABIDURIA. Este nos da la gracia de ver las cosas con los ojos de Dios. El
don de sabiduría surge de la relación con Dios, de la relación de los hijos con
su Padre. ¿Cuándo actúas tú y cuándo dejas actuar a Dios?
DON
DE ENTENDIMIENTO. Es la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la
realidad y de explorar las profundidades del pensamiento de Dios, este don nos
ayuda a conocer las cosas en profundidad. Como a los discípulos de Emaús (Lc
24) … Tal vez nos haga falta este don para entender las Escrituras, ¿no?
DON
DE CONSEJO. El Espíritu Santo ilumina nuestro corazón, de forma que entendemos
el modo justo de hablar, comportarnos y el camino a seguir. Porque a menudo estamos perdidos. Vivamos como cristianos de la confianza y la paciencia, esperando la mano de Dios. Para crecer en este
don… ¿Qué se te ocurre que puedes hacer? ¿Podrías rezarlo para fortalecerlo?
DON DE FORTALEZA. El ejemplo puede ser la parábola del sembrador, en la que el Espíritu Santo viene a hacer que nuestro corazón sea una tierra fértil. Este es el don que nos sostiene en la vida cotidiana, para llevar una vida acorde con el Evangelio y la fe. Puede que esta canción te ayude a reconocerlo:
DON
DE PIEDAD. Una relación que no es imposición es una relación que surge de
interior y la relación de amistad que ofrece Jesús nos llena de entusiasmo y
alegría. De esta relación surge que seamos capaces de alegrarnos con el alegre;
llorar con quien llora; estar cerca del que esta solo; corregir al que está
equivocado; y acoger al que lo necesita. ¿Quién es tu prójimo? ¿A quién te
puedes acercar para reforzar vuestra relación?
DON
DE CIENCIA. Este don nos ayuda, a través de la creación, a descubrir la
grandeza y el amor de Dios, y su relación con las criaturas. Qué bueno puede
ser admirar la creación, contemplar todo lo creado, admirar la belleza de la
vida humana en estado puro… Ante el regalo de la creación y que este don nos
pone de manifiesto, ¿Cómo podemos agradecer?
DON
DE TEMOR DE DIOS. Este don nos recuerda que somos pequeños y frágiles y la
importancia que tienen la confianza y la humildad ante Dios. Lejos de tener
miedo, este don nos ayuda a entender que Dios nos ama con locura, por eso nos
asegura una felicidad eterna que nosotros mismos somos incapaces de
asegurarnos. ¿Podrías pensar en alguien que con su vida haya expresado tal
magnitud de confianza en Dios?
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¡Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.