Las autoridades peruanas han enviado en los últimos días decenas de uniformados a su frontera sureste con Brasil para de esta manera evitar el paso de 380 migrantes, mayormente haitianos, que buscan llegar a México.
Ante esta tensa situación que puede acarrear conflictos sociales graves, la Iglesia de Puerto Maldonado ha solicita que se “responda de inmediato”. Mediante un comunicado firmado por el obispo Mons. David Martínez de Aguirre, se hace un llamado a las autoridades regionales y nacionales a dar una pronta solución al reclamo de unos 380 migrantes, la mayoría haitianos, que piden ingresar al Perú como parte de su ruta hacia otros países. Todo mediante una actuación humanitaria exitosa que no ponga en riesgo la salud pública nacional.
“Desde el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado nos pronunciamos haciendo un llamado de atención a las autoridades gubernamentales. Consideramos que se debe brindar solución inmediata a esta situación para evitar que se desencadene un grave conflicto social”. Es parte del comunicado emitido por la Iglesia de Madre de Dios luego de que el último domingo se reportara la presencia de unos 380 migrantes, llegados de diferentes países, mayoritariamente de Haití, hasta la frontera entre Acre (Brasil) y Madre de Dios (Perú). Piden ingresar al Perú pero, aseguran, su intención no sería permanecer en el país sino estar en tránsito rumbo al norte del país, concretamente a Tumbes, para continuar su viaje por Ecuador hacia otros países como destino final.
En el comunicado, que se sustenta principalmente en los reportes brindados por misioneros que trabajan en esa zona fronteriza del país, se indica que los migrantes no buscan apoyo social y que incluso la rechazan al sentirse molestos con el gobierno peruano por el cierre de fronteras. “Indican, incluso que, si el Gobierno peruano les facilita el tránsito y los medios de transporte, ellos mismos pagarán por este servicio”, se lee. También se indica que entre esas cerca de 400 personas hay mujeres embarazadas y niños.
Asimismo, se afirma que en Iñapari se estaría en la capacidad de realizar pruebas moleculares PCR a todos los migrantes lo que llevaría a “asegurar que esta actuación humanitaria sea llevada a cabo con éxito sin poner en riesgo la salud pública nacional”. En base a todo ello la Iglesia madrediosense insta a la Cancillería de la República a “hallar la fórmula que permita responder de inmediato a esta emergencia, evitando un conflicto social grave que se sume a los serios problemas que ya tenemos”.
El misionero laico, Óscar González, de la diócesis de Menorca, trabaja en el equipo itinerante en la triple frontera Perú, Brasil, Bolivia junto a la misionera valenciana Geni Lloris. Él ha enviado un mensaje para denunciar la situación y dar visibilidad a la precariedad de condiciones en que se encuentran estos migrantes, agravados por la acción de las mafias. Ellos están allí acompañando a las familias e intentando mediar en la medida de sus posibilidades. También nos pide eso, difusión de esta situación tan preocupante.