Vicente Berenguer Llopis conocidos por todos como Vicentín, nació en Teulada hace ahora 83 años y desde hace unos tres años reside junto a su hermana Paquitina en Gata, municipio que ahora lo ha nombrado Hijo Adoptivo por toda su trayectoria personal, sus actuaciones humanitarias y su valía personal.
El Mirall de La Marina quiso conversar con él, el alcalde de Gata, Josep Francesc Signes, y la vicepresidenta de la ONG Amics del Tercer Món, Noelia Martínez, para ver cómo se sentía, ya que es el tercer título que le conceden, pues Vicente es Hijo Predilecto de Teulada, Hijo Adoptivo de Valencia y también Premio 9 d´Octubre de la Generalitat Valenciana y Premio de la Fundación por la Justicia por su trabajo en defensa de los derechos humanos.
“Te sientes muy arropado y ves ese aprecio de la gente, porque he estado toda mi vida en Mozambique, y llegas aquí, te dan ese calor y te hacen sentir como en casa”, subraya el misionero, quien a los 80 años regresó a la tierra que le vio nacer y dejó tras de si su país africano donde revolucionó la educación y abrió multitud de escuelas de Primaria y Secundaria en los barrios de Maputo para que niños y jóvenes pudieran estudiar y huir de la pobreza.Un hombre bueno, que a sus 80 años puso un punto y aparte a su trabajo de ayuda humanitaria en Mozambique. 50 años quedan atrás, pero los recuerdos, vivencias e historias siempre estarán presentes en su vida. Como fotogramas en blanco y negro que pasan por su retina. Además, sus ojos se iluminan cuándo le preguntamos si echa de menos esa tierra, a lo que contesta tajante: “Ahora cerraría los ojos y me volvería ya”.
EDUCACIÓN
Y es que Vicente Berenguer tenía preparado un viaje, pero llegó el coronavirus y no se pudo ejecutar, ya que tienen muchos proyectos en marcha como la construcción de cinco aulas en un instituto en Maputo donde se ha instalado salas informáticas. Además, relata, que “aún queda mucho por hacer y desde aquí no paramos gracias a la ayuda de empresarios, fundaciones y vecinos”.
“Anhelo el día de poder ir y ver a mi gente, aunque hoy en día gracias a las tecnologías hablo con ellos a través de Whatsapp y videoconferencias me enseñan lo que hacen. Es un gran adelanto”, comenta este misionero, quien a la vez se muestra muy contento porque sus vecinos le han acogido muy bien tanto en Gata como en Teulada Moraira, ya que en este municipio pasa sus meses de verano.
Mi día a día, afirma, “ha cambiado mucho, ahora comienzo la jornada leyendo, voy a ver a los alumnos del Tapis de Gata, que disfruto estando con ellos, ayudo en la Iglesia lo que el cura me mande (entre risas), porque ellos saben que soy especial, porque estoy acostumbrado a otro tipo de celebraciones, más participativas, donde la gente bailaba, cantaba, nos abrazábamos”.
Aunque Vicente eche de menos su Mozambique también muestra su satisfacción de este reconocimiento, porque es un premio a todos lo que han cooperado conmigo a lo largo de estos años como ayuntamientos como los de Gata de Gorgos, Teulada, Xàbia, Pedreguer, Amics del “Padre Vicente deTeulada” organismos no gubernamentales de España y Alemania y a través de la gran labor de la ONG Amics del Tercer Món.
AYUDA HUMANITARIA
En ese sentido, Noelia Martínez recuerda cómo a través de su hermana se creó esta asociación. Muchos de ellos fueron en alguna ocasión a verle a Mozambique y desde el año 1987 han ayudado económicamente a través de ferias, festivales, loterías, etc y continúan en esa labor de ayuda humanitaria.
El alcalde de Gata recalca que la idea de nombrar a Vicente hijo adoptivo fue a través de una propuesta de unos vecinos y vecinas de Gata y desde “el ayuntamiento éramos conocedores de su gran trayectoria en Mozambique más los años que está aquí viviendo y su colaboración con la gente del Tapis y otras organizaciones”.
“La apuesta de Vicente por la formación a la gente dando prioridad a una educación en unos lugares donde los recursos están muy limitados ha sido extraordinaria”, recalca el alcalde, quien destaca que se elevó la propuesta a la sesión plenaria y se aprobó por unanimidad.
La idea era hacer un acto público donde el misionero estuviera arropado de sus familiares y amigos, pero debido a la COVID tendrá que esperar porque con estas circunstancias no se puede hacer, explica Signes.