La misionera valenciana Eugenia Lloris, que trabaja en la triple frontera de Brasil, Perú y Bolivia, actualmente confinada en Iquitos (Perú) desde el inicio de la crisis sanitaria por el COVID-19, ha pedido ayuda ante la falta de comida, medicinas, hospitales equipados y productos de higiene para prevenir esta pandemia que avanza sin control en los pueblos indígenas.
Según Eugenia Lloris, perteneciente a la Fraternidad del Verbum Dei, que integra el equipo itinerante de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Amazonía se encuentra en una “situación de emergencia” y pide la colaboración de cuantos puedan ayudar en esta causa. “No pienses que lo que puedes donar es muy poco porque lo que a ti te parece poco para ellos puede ser enorme”, expresa.
“Aquí el COVID-19 está entrando en las comunidades y ya hay muchos pueblos que están infectados como los “cocama” o los “ticuna”” . Por ello, “tememos que esto, en la medida que vaya entrando más en la selva, se convierta en una situación insostenible, como lo fue en otras épocas de la historia a causa de otras epidemias que arrasaron pueblos indígenas enteros”, según afirma. Además, “el peligro que supone el COVID-19 se suma a la fiebre del dengue y a la epidemia de malaria”.
Al principio de la pandemia actual, “comenzamos haciendo cestas básicas de alimentos, pero ahora repartimos materiales de protección y medicamentos porque es la máxima urgencia”. El Vicariato de San José cuenta con un hospital, “que es el único centro de salud que atiende a 33 comunidades y tendría que tener 8 médicos, sin embargo, ahora sólo hay uno”. “Hemos comprado concentradores de oxígeno que son la alternativa a los cilindros de oxígeno porque éstos no podemos recargarlos” y mucha gente se hace sus propias mascarillas con tela y botellas de plástico.
Actualmente, la misionera valenciana permanece en Iquitos, a donde viajó junto a otros misioneros de la Amazonía peruana para asesorar a la Asamblea Pastoral del Vicariato pero “a causa de esta terrible crisis no hemos podido volver a nuestra zona habitual”. En Iquitos está colaborando con el Vicariato de San José del Amazonas, con el que la diócesis de Valencia mantiene un compromiso misionero. Al frente de este Vicariato figura como vicario apostólico monseñor Javier Travieso, que quedó infectado por COVID-19.
Para más información, la misionera valenciana pone a disposición el siguiente contacto con la Fraternidad del Verbum Dei: theamazonappeal@gmail.com
Precisamente, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) ha hecho público un comunicado en el que lanza una llamada a una “acción urgente y unificada para evitar una tragedia humanitaria y ambiental”.
Esta cuenca que integra a 9 países alrededor de río Amazonas y sus afluentes tiene 33 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 3 millones son miembros de pueblos indígenas originarios. En este momento las cifras de la Panamazonía son “profundamente dramáticas, tenemos un recuento que a fecha del sábado 16 de mayo había cerca de 70.000 contagiados, según cifras oficiales y más de 4000 fallecidos” y la “preocupación va en aumento”.
AVAN