jueves, 30 de abril de 2020

El obispo Javier Travieso ha superado la COVID-19 en Perú

Mons. Javier Travieso, obispo del Vicariato de San José del Amazonas, en Perú, con el cual nuestra diócesis adquirió el compromiso de ayudar, escribe tras haber superado el Covid-19:
«Gracias a Dios, a los médicos y enfermeros estoy mejorando». Un mes después, el misionero dombenitense Javier Travieso, puede contar cómo ha superado el coronavirus. Lo hace a miles de kilómetros de su localidad natal, de la que se marchó hace ya 32 años para poner rumbo a Perú, donde desde hace cinco ejerce como obispo de San José del Amazonas. Allí dio positivo en COVID-19, que ha superado sintiendo el apoyo de sus allegados, pero también de muchos desconocidos. «Voy poco a poco saliendo. Es una buena noticia para mi familia y muchos amigos, ahora también para todos los que se han interesado por mí y han rezado por mi recuperación. Eso es lo que me ha ido acompañando», agradece. 
A sus 68 años cuenta que el virus le «agarró» en Iquitos, en la selva amazónica peruana. Desde allí fue trasladado al hospital, «donde me atendieron muy bien dentro de sus posibilidades». 
Cuatro días después abandonó el centro hospitalario y fue acogido en un convento de Iquitos donde los franciscanos iniciaron su misión y que cuenta con varias edificaciones para algunas religiosas que trabajan en el vicariato y que tienen allí su casa cuando vienen a la capital. «Estoy en la casa de una de las dos comunidades religiosas que me han cedido de forma generosa. Me traen la comida, están al tanto y conversamos un poquito de lejos», cuenta al otro lado del teléfono en torno a las nueve de la mañana de allí, las cuatro de la tarde en España.

Un duro golpe

«No todos tienen la suerte de estar tan bien como yo», prosigue. Y es que, reconoce que es difícil que todo el mundo pueda estar confinado en sus casas. «Este virus nos ha sobrepasado. Entiendo lo que pasan otros, porque el golpe es duro. Afecta a todo el funcionamiento del cuerpo, el organismo se debilita enormemente, lo que te hace depender de unos cuidados», explica, al tiempo que añade que él ha recibido «una atención magnífica». 
La voz, aún algo entrecortada, refleja que todavía le queda camino por recorrer, pero también deja un mensaje de optimismo: «Estos días han sido un parón, pero es lo que estamos experimentando todos de alguna forma, y esto te hace ver que la vida es un don que tenemos que agradecer y tratar de llevar adelante lo mejor posible, pero entre todos. Porque una vez más nos damos cuenta de que solos no podemos, sin la gente que nos apoya y nos levanta».
(
HOY.ES)