miércoles, 29 de enero de 2020

Una parroquia peruana regida por un misionero valenciano acoge a decenas de venezolanos y les busca un empleo

La parroquia peruana de Santa María de la Providencia, regida por el sacerdote valenciano César Buendía y que atiende a más de 100.000 personas en la zona norte de Lima, acoge en la actualidad a decenas de venezolanos que han huido de su país natal debido a la situación que atraviesa.

En la parroquia“hemos acogido, en un local grande, a más de veinte venezolanos, que duermen allí, y a otros muchos les hemos encontrado trabajo en obras y les ayudamos en la petición de ayudas para familias venezolanas que concede el Gobierno de Estados Unidos, sobre todo para mujeres con hijos”, ha explicado Buendía, misionero en Perú desde hace 26 años.

Actualmente “se calcula que en Perú hay un millón de venezolanos y nosotros tenemos que abrirles las puertas e intentar ayudarles para que sobrevivan”, según Buendía, que ha añadido que “los más pobres son los que han tenido que quedarse en su país porque muchas de las familias venezolanas que llegan a Lima sí tienen algo dinero y estudios y, de esta forma, pueden encontrar trabajo para salir adelante”.

Buendía, que ahora se encuentra en Valencia y que regresará esta semana a Perú, ha destacado que de su parroquia también depende el colegio parroquial San Vicente Ferrer, que acoge a 2.500 alumnos, y que fue visitado el pasado verano por el cardenal arzobispo de Valencia en su viaje a Chile, Perú y Ecuador.

En su visita, “el Arzobispo conoció todos los proyectos que llevamos a cabo, tanto en la parroquia como en el colegio y en la Universidad Católica Sedes Sapientiae y nos trasladó su satisfacción por toda esta labor”, ha explicado el misionero valenciano.

22 misas entre el sábado y el domingo

En la parroquia y en el colegio “desarrollamos escuelas de padres, un centenar de retiros con familias al año, grupos parroquiales… No damos abasto pero, afortunadamente, los feligreses nos ayudan, y también colabora con nosotros desde hace años la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia”.

En la parroquia “celebramos 22 misas entre el sábado y el domingo, algunas de ellas con 500 feligreses, lo que implica muchas horas del servicio de confesión, y desarrollamos el proyecto “Diaper”, que quiere decir diálogo personal, “del que se ocupan seglares que atienden problemas de familia”.

En el colegio, por su parte, “muchos de los alumnos proceden de familias con recursos muy limitados pero como el colegios tiene un nivel muy bueno, también hay estudiantes de familias con mayor nivel adquisitivo”.

Además, la parroquia también cuenta con un comedor infantil para un centenar de niños “porque nos encontramos en una de las zonas más pobres y así nos aseguramos que los pequeños se nutren, puesto que les damos de comer y de cenar cada día”.

La Universidad llega a la selva
Junto con su labor como párroco, Buendía también desempeña desde hace cuatro años el cargo de rector de la Universidad Católica Sedes Sapientiae de Lima, fundada en 1998 y que cuenta con la sede en Lima y otras cuatro filiales, dos de ellas en en la selva, con la que colabora la Universidad Católica de Valencia (UCV).

Una de las sedes en la selva, llamada “Atalaya”, está situada en el departamento de Ucayali y en ella los profesores “saben castellano pero también la lengua indígena, y de esta forma los alumnos pueden aprender estudios superiores porque el problema, hasta que se puso en marcha, era que no entendían el castellano y no podían comunicarse con los maestros en su lengua indígena”.

En esta sede de la Universidad, los estudiantes “cultivan la tierra, han hecho una piscifactoría y una carpintería, y además, una vez finalizan sus estudios obtienen un título y con todo lo aprendido, regresan a sus comunidades y lo aplican”, ha subrayado.

En la actualidad, la Universidad Católica Sedes Sapientiae cuenta con 9.000 alumnos, 6.000 en Lima y 3.000 en el resto de sedes, y de la filial “Atalaya” han salido ya 700 profesores y “gracias a toda esta labor Perú está cambiando”.

AVAN