Oración por
las misiones
en las Carmelitas
Descalzas de Godelleta
La
Delegación Diocesana de Misiones nos ha pedido acoger en nuestro Monasterio la
primera oración misionera de este recién comenzado año 2020. Ha tenido lugar la
tarde lluviosa del pasado domingo 19 de enero.
La oración dio inicio con unas
palabras de acogida de la Priora de la Comunidad; y fue presidida por D. Arturo
Javier García Pérez, Delegado Diocesano de Misiones.
Tras la exposición del
Santísimo y unos cuantos minutos de silencio y adoración, rezamos Vísperas y
acogimos el testimonio conmovedor y valiente de un misionero franciscano obispo
del Vicariato Apostólico de Requena, en la Amazonía del Perú, Mons. Juan Oliver. Nos estremece conocer las penurias que pasan
él y las personas de este recóndito lugar, y sobre todo nos duele saber que hay
misiones abandonadas por la falta de misioneros que las atiendan. Ello motivó
otro pequeño rato de adoración para rogar al dueño de la mies que envíe
trabajadores a su mies, y después unas preces, e
l Padrenuestro que nos recuerda que somos hermanas de todos, la oración conclusiva, la bendición con el Santísimo, la reserva y finalmente un canto a María, quien acoge el clamor de todos los hombres que sufren sin conocer el amor de Dios, y vela por aquellos que se sienten llamados a entregar la vida para dar a conocer ese amor.
En el Carmelo el espíritu misionero
siempre encuentra un espacio de acogida y respuesta. Fue el testimonio de un
misionero quien hizo arder a santa Teresa de Jesús en grandes deseos de poder
ser alguna parte para bien de alguna alma. Teresa encontró en la oración la
forma de «ser algo para ganar algún alma
para su servicio», el cauce para su ímpetu apostólico y misionero: llegó a
comprender que «precia más un alma que
por nuestra industria y oración le ganásemos, mediante su misericordia, que
todos los servicios que le podemos hacer»; y, convencida de ello, servía a
Dios con sus pobres oraciones y procuraba que sus hermanas hiciesen lo mismo y
se aficionasen al bien de las almas y al aumento de su Iglesia. Gran discípula
de la santa abulense fue la carmelita descalza francesa Teresa del Niño Jesús,
la cual ostenta el patronazgo de las misiones de la Iglesia.