Conversación con un torrebajense,
Evangelizador del Camino Neocatecumenal
en América.
“Si sigues la voluntad de Dios, Dios acaba
haciendo la tuya;
y las dos voluntades se hacen una...”.
Sacerdote misionero.
Don Carlos Esparza Gómez (Torrebaja, 1960) tras su primera misa en la parroquial Santa Marina de Jerusalén de Torrebaja (Valencia), año 2000.
Palabras previas.
Conozco a Carlos –me refiero a don Carlos
Esparza Gómez (Torrebaja,
1960)- desde niño, pues somos coterráneos, pero la diferencia de edad y las
circunstancias de nuestras vidas no favorecieron nuestra relación. De hecho, le
tengo muy poco tratado, más allá del saludo vecinal, hola, qué tal y adiós...
Sabía de
su ordenación sacerdotal y de su estancia como misionero itinerante –del Camino
Neocatecumenal- en América, y poco más. De vez en cuando, aunque con más
frecuencia en los últimos años, le veía por Torrebaja, celebrando en la
parroquial -Santa Marina de Jerusalén-, pero nuestra relación
seguía siendo convencional y esporádica. Fue a raíz del nacimiento de este blog
-en otoño del 2011- cuando pensé en entrevistarle, pues, por naturaleza y
afectos, su vinculación con el Rincón de Ademuz es intensa. Así que,
aprovechando su estancia entre nosotros, tras la misa del domingo, que celebró
él, entré en la sacristía y le propuse una entrevista. Le pareció bien y
acordamos hacerla en los próximos días.
De esta forma, el día y a la hora acordada se presentó para la conversación.
Don Carlos es persona de estatura media-alta y expresión amable, viste de
oscuro -mejor dicho, de negro-, porta barba espesa y evidencia cierta reserva
tras su aparente seriedad. Pero superado el retraimiento inicial se muestra
risueño y, conforme avanza la conversación, cada vez más confiado y hablador.
Le ofrezco una infusión y elige el te: en realidad es una mezcla de te "de
roca" de Castielfabib, cabezuelas de manzanilla amarga y poleo de La
Dehesa de Torrebaja, que yo mismo recolecto y preparo.
Como prolegómeno a la entrevista le presento mi blog y sus particularidades,
mostrándole las distintas Entradas y el apartado “Público” de las Estadísticas,
sección que registra el acceso desde países tan diferentes –y distantes- como
España, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, y varios de los estados
hispanoamericanos: México, Argentina, Colombia, Perú y Venezuela. Mi
entrevistado piensa que deben ser personas vinculadas al Rincón de Ademuz las
que lo leen, como resulta lo más probable. Pero tampoco sabría decirle...
Contenido de la entrevista:
Carlos,
cuéntame algo de tu infancia: naturaleza, relaciones familiares, estancia en el
pueblo, escolarización.
·
Bueno, mi nombre es Carlos
Esparza Gómez y nací en Torrebaja, un pueblo de la provincia de Valencia, en
1960, y soy hijo de José y de Emilia. Mi padre falleció hace años, pero mi
madre vive todavía. Fuimos dos hermanos: yo, que soy el mayor y Raúl, el pequeño...
De mi infancia en Torrebaja guardo los mejores recuerdos, de mis padres y
hermano, de los amigos y la escuela: me viene a la memoria don Manuel –se
refiere a don Bernardo Manuel
Pérez Gimeno (Torrebaja,
1919)-, que fue mi maestro de primeras letras, y los amigos y compañeros de
aquella época. Entonces había muchos más niños que ahora, eso ha cambiado.
Nosotros vivíamos en la calle Fuente -que está por encima de las Escuelas
nuevas- y tenía muy buena relación con los chicos de mi barrio, con los que pasaba
horas jugando... Recuerdo también a los vecinos de la calle, cuando se salía a
tomar la fresca en las noches de verano, la alegría en las fiestas patronales
de Santa Marina y San Roque, y cuando íbamos a nadar al río... Sí, tengo muy
buenos recuerdos de entonces, de mis padres y hermano, de los amigos y
compañeros, y de la buena relación que había en el vecindario.
Vista parcial de Torrebaja (Valencia), desde La Palanca.
|
¿Hasta qué edad estuviste en
Torrebaja, adónde te marchaste después?
·
No me acuerdo muy bien hasta
qué edad estuve en Torrebaja, pero debió ser hasta los 10 ó 12 años, en que nos
marchamos a Teruel; claro, por el trabajo de mi padre... Allí continué
estudiando en La Salle: también tengo buenos recuerdos de mi estancia en aquel
colegio, creo que la educación en un centro católico es algo bueno, a mi me ha
ayudado muchísimo, por los principios morales que me inculcaron y la formación
integral que ello supone... En Teruel estuve hasta los 14 ó 15 años, allí cursé
todo lo que entonces era la escuela obligatoria, sin hacer el bachiller. De
allí ya me marché a Valencia, donde comencé a trabajar en una empresa de
Marcol, S.A., lo que era “Lanas Aragón”. Empecé de aprendiz y luego pasé al
almacén, más adelante fui dependiente de ventas y los últimos años estuve de
comercial, lo que antes se llamaba agente de ventas y previamente viajante,
ofreciendo los productos al pequeño comercio: lo que yo vendía era ropita de
niño... Sí, también tengo buenos recuerdos de aquella época, ya te digo que
empecé sobre los 16 años y estuve hasta los veinte y tantos. En Valencia viví
con unos familiares, primos de mi madre. Mis padres y hermano pequeño ya
estaban en Onteniente, adonde se habían marchado desde Teruel: claro, yo me marché
a Valencia y ellos a Onteniente, donde mi padre trabajaba como recaudador de
impuestos de la Diputación Provincial.
¿Cómo continuó tu vida en
Valencia, hiciste el servicio militar?
·
Claro, cuando cumplí los
veinte años entré en la Caja de Reclutas y me llamaron a filas... La parte de
campamento la hice en Alicante y el cuartel en Paterna (Valencia), en
Artillería: allí estuve un año y coincidí con el capitán Evaristo –se refiere a
don Evaristo Tortajada Aliaga (Torrebaja, 1922-2008)-, que era de la
tierra... Sí, estábamos en el mismo cuartel y me tocó con él por casualidad,
era muy buena persona y se preocupaba por los chicos que había de estos
pueblos, en especial por los de Torrebaja. Allí estuve bien, no tuve ningún
problema ni me sucedió nada especial: hice la mili y cuando cumplí me licencié,
y volví a mi puesto de trabajo en “Lanas Aragón”, donde estuve un par de años
más, hasta que me marché a Alicante, donde continué en una sucursal de la misma
empresa...
¿Por qué te marcharte a Alicante, fue por prosperar en la empresa o
por alguna otra razón?
·
Mi marcha a Alicante fue por
motivos personales... La verdad es que mi marcha estuvo condicionada por la
separación de mi mujer: yo estaba casado por lo civil y al no funcionar nuestro
matrimonio, pues nos separamos: el marcharme a Alicante fue para estar más
tranquilo, para evitar enfrentamientos con ella y superar mejor el trance de la
separación. No, no tuvimos hijos. En Alicante estuve varios años, hasta que
cerró la empresa...
¿Cómo fue interesarte por la vida religiosa, cómo descubriste esa
faceta de tu persona?
·
Mira, esto fue cosa de la
Providencia, porque Dios te va mostrando el camino, sólo hace falta que tú te
des cuenta y lo aceptes... Durante este tiempo tomé contacto con la Iglesia, a
través de un carisma que llamamos neocatecumenal... Pero esto fue estando
todavía en Valencia, a través de mi relación con José Antonio Morales, un chico
del pueblo con el que tenía -y sigo teniendo- mucha amistad, y con el que vivía
entonces en el Colegio Mayor San
Juan de Ribera. Él ya pertenecía a este carisma y me invitó a unas
catequesis que se celebraban todos los años en la parroquia. Yo no sabía muy
bien qué era aquello: fui por curiosidad, escuché lo que decían y me gustó lo
que dijeron. Porque vi que era algo que podía ser de provecho para mi vida...
No, yo no era persona religiosa, más allá de lo que me habían trasmitido los
padres de pequeño, lo que estudié en la escuela, ir a misa los domingos y todo
eso; y fue en este ambiente del Camino Neocatecumenal donde se despertó mi
vocación espiritual y religiosa. Sí, yo había sido monaguillo en Torrebaja con
don Gabriel... –se refiere a don Gabriel
Sancho Marín, párroco de Torrebaja (1962-73)-.
Respecto al Camino
Neocatecumenal, cabe decir que es una institución católica cuyos estatutos
fueron aprobados por la Santa Sede, y que se autodenominada itinerario de
formación católica o fundación de bienes espirituales. Sus promotores son los
laicos españoles Francisco
José Gómez de Argüello -más
conocido como Kiko Argüello- yCarmen Hernández: ellos, junto con el
sacerdote italiano Mario Pezzi,
forman el Equipo Responsable Internacional.
¿Qué puedes decirme de tu proceso de conversión?
·
Para comprender mejor mi
proceso de conversión –como tú le llamas- tengo que decir que en el año 1989 yo
ya había participado con el grupo neocatecumenal de Torrebaja -estando de
párroco don Antonio Godino Córcoles- en el encuentro de jóvenes que hubo en
Santiago de Compostela con el Papa Juan Pablo II: fue en el Monte do Gozo, desde donde los
peregrinos que hacen el Camino de Santiago comienzan a divisar las torres de la
catedral... Claro, allí había un ambiente religioso y de compromiso muy fuerte.
Y al día siguiente de esto, los del camino neocatecumenal tuvimos otro
encuentro en la plaza del Pilar en Zaragoza: aquí es donde por primera vez
comencé a sentir lo que podríamos decir "mi llamada": mira, esto no
es fácil de explicar con palabras, porque implica sentimientos y sensaciones
muy profundos. Pero fue esta predicación en Zaragoza, además de las palabras
del Papa en Compostela, la que orientó mi corazón a la vida religiosa: allí en
Zaragoza hubo una petición a los jóvenes para ofrecerse a Dios y nos levantamos
unos dos mil chicos y mil quinientas chicas a este fin, además de los de
clausura... Ya te digo que todo esto resulta complejo de explicar y más de
entender, pero es así: el caso es que yo comprendí que se podía vivir de otra
manera, además de estar contento y ser feliz... No, yo no me encontraba en
ningún momento especial –quiero decir que no estaba lo que se dice "en
crisis"-: estaba bien, aunque tampoco sabía con certeza lo que quería
hacer con mi vida: Si tengo
novia, pues tengo novia; si me tengo que casar, pues me casaré... –eso
entendía yo-. Pero para nada había pensado en una vocación religiosa, ni mucho
menos en ser sacerdote. Sí, en el encuentro de Zaragoza había un ambiente
especial de compromiso y recogimiento, pero también festivo y de alegría...
Después comprendí que a lo largo de la vida Dios te va hablando y basta que tú
le digas que sí para que Él te vaya guiando en el camino...
Después de tu ofrecimiento al Señor en la plaza del Pilar en Zaragoza,
¿cómo transcurrió tu vida?
·
Lo de Zaragoza sucedió en el
año 1989, cuando yo todavía estaba trabajando en
Alicante... Pero a los tres meses de aquello me llamaron para iniciar una
experiencia de evangelización itinerante por Burgos y Santander: solicité unos
días de permiso en el trabajo y allí me fui, con un matrimonio y un
sacerdote... Y al año de aquello me marché a un retiro a Porto san Giorgio en Italia, donde se celebran las
convivencias internacionales del Camino Neocatecumenal... Aquel retiro fue para
mí trascendental, incluía charlas, oración, celebración de los Sacramentos,
etc. Después del retiro, a modo de prácticas, nos mandaron a evangelizar por distintos
lugares de Italia y España: solamente llevábamos lo puesto y una Biblia, además
del billete de ida y de vuelta, nada más... A mí me tocó ir con otro compañero,
porque siempre íbamos en pareja, a la provincia de Segovia: y durante los diez
días que duró la práctica misionera dormimos en cualquier parte: estaciones de
trenes, parques, en la calle... Sí, aquello fue en la primavera-verano del año
90... Cuando llegamos a Segovia capital llevábamos varios días sin dormir en
una cama, y allí nos acogieron los frailes jerónimos en su convento. Claro,
nuestra predicación consistía en anunciar el kerigma –palabra griega que propiamente
significa "anuncio y proclamación"-, esto es, la buena noticia de
Jesucristo a los párrocos –lo de ir por las casas fue después, entonces sólo
íbamos a los párrocos-: unos nos acogían y otros no, de todo hubo... ¿Qué
significa acogernos?, pues quiere decir que nos abrían las puertas de su casa y
de su corazón, nos ofrecían lo que tenían, nos permitían hablarles a ellos y a
sus feligreses -en un momento de la Misa o en alguna reunión de jóvenes-, nos
invitaban a comer, cenar o dormir...
Se menciona aquí a Porto San Giorgio, localidad y comune italiana de la provincia de Fermo,
región de las Marcas -con 16.243 habitantes-: una localidad que mira al
Adriático.[2]
¿Cómo valorarías tu experiencia predicadora de entonces?
·
Pues muy bien, todo fue
estupendamente y en ningún momento nos faltó de nada, como las aves del cielo
del evangelio, que: Ni
siembran ni cosechan, ni recogen en graneros, porque el Padre celestial las
alimenta (Mt 6, 27). El día
que comíamos, comíamos; y si no comíamos, pues no comíamos: tampoco sentíamos
hambre... La gente nos ofrecía sin pedírselo y te dabas cuenta que Dios provee,
porque la palabra de Dios es también alimento, ya sabes: No sólo de pan vive
el hombre... (Mt.
4,3-4). Y cuando uno va en nombre del Señor nada le falta...
Esto es así, y ya sé que es difícil de entender, pero para comprenderlo hay que
vivirlo.
Terminada la predicación por Segovia, ¿regresaste a Italia o te
quedaste en España?
·
Cuando terminó este periodo de
predicación en Segovia volvimos al retiro en Italia, a Porto san Giorgio que te decía, una ciudad que se halla
en la costa este del país: de allí parte toda la evangelización internacional
del Camino Neocatecumenal. Habíamos unas setecientas cincuenta u ochocientas
personas: desde allí me enviaron a un seminario en Perú, para comenzar mi
preparación como sacerdote, porque yo ya había tomado esta determinación.
Claro, por entonces ya habían surgido nuestros seminarios, que llamanRedemptoris
Mater: había uno en Roma y otro en Perú. Hubo un sorteo y a mí me tocó el
de Perú, adonde me fui con dos compañeros españoles, de Murcia. Esto fue en el
año 1991, cuando ya tenía sobre 30 años...
Cuando tomaste la determinación de hacerte sacerdote del Camino
Neocatecumenal tú ya eras una persona adulta, física y emocionalmente madura,
pero ¿cómo reaccionaron tus padres ante esta decisión?
·
Yo tenía muy buena relación
con mi padre y en las conversaciones que tuvimos decía: Tú eres el más listo, porque has
elegido la mejor parte... No, él nunca se opuso. Mi madre era la que más se
resistía: ¡Cómo te vas a ir
tan lejos, no te veremos más...! –y
todo eso que suelen decir las madres-. Pero poco a poco lo fue aceptando...
Al llegar a Perú, ¿cómo encontrarte aquello, cómo fueron los primeros
momentos?
·
Cuando llegué a Perú –en 1991-
aquello iba muy mal, porque el terrorismo estaba en pleno apogeo... Mi destino
era el puerto del Callao, donde está el seminario, junto a Lima, que es la
capital. Fuimos en avión, de Madrid a Santo Domingo (República Dominicana) y
desde allí hasta Lima. Todo era muy precario entonces... Claro, con el idioma
no había problema, pero las costumbres y forma de ser de la gente sí eran muy
distintas. Lo primero que hicimos fue ir a unas casas particulares donde nos
acogieron, allí estuvimos una semana, a modo de adaptación hasta que comenzó el
curso: a mí me tocó con una familia de dentistas... Era gente de clase media,
pero no como la de aquí. Yo llevaba algo de dinero, y mis cosas, lo
imprescindible. Pero nuestro comienzo ya fue una prueba, pues la casa de retiro
estaba en la playa: el autobús nos dejó en la carretera Panamericana y la
residencia quedaba a unos cinco kilómetros: imagínate a medio día en marzo -que
es allí verano-, andando, cargados con nuestras maletas y sin nadie que nos
recogiera... Nos asignaron unas habitaciones y comenzamos un retiro de varios
días, seguido de una práctica evangelizadora por distintos lugares del país. Al
regresar pusimos las experiencias en común y seguidamente comenzamos el curso
en el seminario. Claro, vivíamos en el mismo establecimiento... El edificio
está en La Punta, una zona del puerto del Callao que antiguamente había sido
balneario, donde iba a veranear la gente bien de allí: la Diócesis fue
adquiriendo algunas de aquellas casas donde ahora está instalado el Seminario
Diocesano Redemptoris Mater y Juan Pablo II. Claro, es un
establecimiento del Camino Neocatecumenal pero jeráquicamente depende de la
Diócesis. Éramos sesenta seminaristas de doce nacionalidades: todos de lengua
española, menos tres o cuatro franceses e italianos.
Vista de la plaza de Armas de Yurimaguas, capital del Alto
Amazonas (Perú) [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre].
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¿Cómo fue tu estancia en el
Seminario, te adaptaste bien, hiciste amistades?
·
Allí estuve muy bien, hice
siete años de formación teórica y tres de prácticas, en total diez años... Los
estudios combinan tres años de Filosofía y cuatro de Teología, a los que cabe
añadir tres de pastoral: las prácticas de pastoral las hice en dos sitios
distintos de la selva: en Yurimaguas y en Iquitos. En Yurimaguas estuve de
asistente o ayudante de los formadores del seminario y en Iquitos con un
párroco, un año y pico en cada lugar. Claro, en la parte de parroquia que hice
en Iquitos acompañaba al párroco en sus funciones: misas, bodas, bautizos,
entierros, visitar enfermos, catequesis... Este párroco de Iquitos era capellán
de la Marina y yo colabora con él en la catequesis de un grupo de soldados que
estaban preparándose para la Confirmación, ya mayores, claro. La gente de allí
es muy abierta, sobre todo la de la selva –los de la sierra son algo más
cerrados-, pero dicen las cosas cuando hay que decirlas y en general son buenas
personas. Allí viven de la agricultura, de lo que plantan y siembran, de la
pesca, del turismo, del comercio y otras actividades comerciales. Cuando te
digo la selva me refiero a la ciudad, no a la selva profunda, eso es otra cosa.
El amazonas es inmenso, grandísimo, parece el mar... Sí, claro que he navegado
por el río, porque también he participado en misiones por pueblos de la
ribera...
Las prácticas de pastoral las hizo en Yurimaguas -ciudad del norte del Perú, capital de la Provincia de
Alto Amazonas (Loreto), ubicada en la confluencia de los ríos Huallaga y
Paranapura, en la selva peruana-[3] y
en Iquitos -capital de la provincia de Maynas y
el departamento de Loreto, y la ciudad más grande de la Amazonía peruana:
ubicada al noreste del Perú, en la orilla izquierda del río Amazonas.
Una vez acabas el
periodo formativo, ¿qué haces, dónde te destinan?
·
Cuando acabé la parte práctica del periodo formativo, pues me
volví otra vez al Seminario madre de Lima –se refiere al Redemptoris Mater-, para
preparar mi ordenación: primero de diácono y al año siguiente de presbítero.Como diácono me ordenó el obispo de allí, entonces
lo era monseñor Miguel Irizar,
español de Vitoria, en La Matriz del Callao –que es como llaman a la Catedral-;
esto fue en el año 2000. De presbítero, como venía tanta gente y no se cabía en
la Catedral, que es muy pequeña, me ordené en un polideportivo de claretianos
que hay allí: junto con cinco compañeros más... Mi primer destino fue en una
parroquia de Lima. Yo dependo del obispo, pero la propuesta de mi destino nace
del “Equipo Itinerante”, formado por tres personas responsables de la
evangelización de la nación, y de la pastoral del seminario. Ellos proponen el
destino, según las necesidades y el obispo decide... Mi primera parroquia fue
en el Santísimo Redentor de Lima, que se halla en un barrio de
clase media. Yo estaba en una "capilla" que depende de esta
parroquia: allí estuve de vicario... Una vez a la semana nos reuníamos con el
párroco, comíamos y programábamos la actividad de la semana. En el Perú se hace
lo mismo que aquí en España, me refiero a la actividad diaria de una parroquia,
con la diferencia que allí las iglesias todavía se llenan los domintos, y la
gente suele acudir con más frecuencia a hablar con el párroco, por las
necesidades o problemas que pueda tener, buscando ayuda, un consejo o lo que
sea... Sí, yo tenía muy buena relación con los compañeros, y también con los
feligreses. Allí estuve un tiempo y luego me mandaron como rector al seminario
de Yurimaguas, la ciudad donde te decía que había estado haciendo las prácticas
de pastoral: allí estuve dos años y medio. El nivel de estudios de los niños
que teníamos era muy bajo, por lo que se les hacía un repaso de todo lo dado en
la escuela pública -"el propedéutico", le llamamos- porque es una
preparación intensiva para comenzar los estudios de filosofía, que ya se hacen
en el seminario de Piura –se refiere a San
Miguel de Piura-, una ciudad del noroeste, cerca de la frontera de el
Ecuador, que es donde yo estoy actualmente...
Se
menciona aquí al que fuera obispo emérito de la diócesis del Callao (Perú)
–monseñor Miguel Irizar Campos (Ormáiztegui-España, 1934)-, de la
orden pasionista.[5] Piura es una ciudad del norte de la zona
occidental del Perú, capital del Departamento de Piura, ubicada en el centro
oeste del distrito, en el valle del río Piura, esto es, al norte del desierto
de Sechura -a 973 km al norte de Lima- y próxima a la frontera con el Ecuador.
Vista de la plaza de Armas de Piura (Perú), capital de su
departamento, también conocida como "Ciudad de la Hospitalidad" [Tomado de Wikipedia, La
enciclopedia libre].
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Entonces, ¿cuál es tu función como rector en el seminario de Piura?
·
Mi función como rector es la
propia del gobierno y el funcionamiento de la institución... Habitualmente
somos un equipo de varias personas: el rector, el vicerrector, el director de
estudios y el director espiritual... El rector y vicerrector se ocupan del
mantenimiento del orden y la disciplina del centro, ayudando de paso a los
chicos a descubrir cuál es su vocación, atendiendo también a la vida material
del seminario en general. El nivel social y económico medio de los chicos es
también bajo: vienen del campo o de la ciudad, pero con muchas precariedades...
Aquí hacen los años de filosofía y después continúan los estudios de teología
y pastoral en el seminario Diocesano Corazón
de Cristo del Callao. Para
hacer la pastoral no hace falta haber terminado la teología; de hecho algunos
interrumpen la teología y hacen la pastoral y luego regresan al seminario...
Claro, no todos se hacen sacerdotes, algunos dejan los estudios y se dedican a
otra cosa, pero la formación nadie puede quitársela: son gente que será útil a
la sociedad en otros ámbitos... Porque a Dios se le puede servir de muchas
maneras, ya sabes... Actualmente somos un equipo de tres personas en el
gobierno del seminario y hay 36 alumnos, dedicados sólo al estudio de la
filosofía. El seminario depende del Obispado, todo depende del obispo... Los
chicos que ingresan no pagan nada, el seminario se ocupa de su manutención, de
los estudios, incluso de la ropa si la precisan... El seminario recibe ayuda de
distintas instituciones, generalmente del extranjero...
Claustro del Seminario San Juan Mª Vianney de Piura (Perú).
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¿Estás a gusto con tu cargo en Piura, te gustaría hacer otra cosa, haber
desempeñado otras funciones, visitar otros países, volver a España...?
·
Sí, estoy muy a gusto, de lo
contrario no hubiera aguantado tanto tiempo... Allí el clima es más bien
caluroso, pues estamos cerca del ecuador, pero hay unos meses frescos, algo parecido
a lo que tenemos aquí en primavera, pero más lluvioso... Las comidas son
parecidas a las españolas, excepto los platos típicos: como el “ají de gallina”
que es un guiso con trocitos de esta carne a la que le añaden una crema, y la
“carapulca”, basado en patatas secas, carne, cebolla, cacahuetes y especias,
que tampoco me gusta demasiado. En general se vive bien allí, aquello es una
república democrática, el nivel de vida es bajo, comparado con España, aunque
depende de las zonas: recientemente -con el presidente Ollanta Humala- se ha
aumentado el salario mínimo interprofesional a 600 soles: tres soles equivalen
a un dólar... Ya te digo que estoy satisfecho en mi cargo, pero casi siempre he
estado de rector o de director espiritual y me hubiera gustado probar otras
cosas: en elRedemptoris Mater de
Lima, estuve tres años. Estuve también en Arequipa, una de las ciudades más
importantes, en el sur del país: allí pase un año, pero como director
espiritual. Residí también en Ayacucho, donde nació el terrorismo, allí como
rector... Cuando estuve en estas zonas del sur visité las impresionantes ruinas
de Machu Pichu, en Cuzco, que cae al sureste de Arequipa y Ayacucho. Como te
dije antes, también he estado en el distrito de Loreto, lo que llamamos la
selva del Alto Amazonas, y en Piura, donde estoy ahora...
Vista de Iquitos,
capital de la provincia de Maynas y el departamento de Loreto (Perú) [Tomado de Wikipedia, La
enciclopedia libre].
|
Y
prosigue, diciendo:
·
Ya ves, he estado en varios
departamentos de Perú: en la capital (Lima), en el norte (Loreto y Piura) y en
el sur (Arequipa y Ayacucho). Mi proyecto más inmediato, sin embargo, es hacer
lo que estoy haciendo, porque los que elegimos este tipo de vida no controlamos
nuestro destino: vamos allá donde nos mandan, porque somos sacerdotes
misioneros itinerantes... Nosotros obedecemos, pero también tenemos la libertad
de decir lo que pensamos, no es pues la nuestra una obediencia ciega: porque
sabemos que al final siempre es para bien. Ahora tenemos nuevo obispo, monseñor José Luis del Palacio Pérez Medel, español de nuestro carisma: un obispo joven, de unos
sesenta años, aunque lleva más de cuarenta años en el Perú: le pedí me dejara
salir a otro país, pero no me lo ha consentido: Carlos, haces falta aquí... –me
dice-. También quise venir a Valencia, y estuve a punto de conseguirlo, pero al
final se complicó y no pudo ser. Claro, yo ya llevo 22 años allí y me hubiera
gustado volver a España, en especial por mi madre, pero también por cambiar de
aires y de ocupación, porque siempre he estado de rector... Pero es complicado,
porque me tiene que pedir un obispo de aquí y me tiene que dejar el de allí, y
eso no es fácil. Estuve hablando con don Carlos –se refiere a don Carlos Osoro Sierra, actual
Arzobispo de Valencia- y le expuse mi deseo... Sí, yo ya le conocía de cuando
estuve de misionero itinerante en Burgos y Santander, donde él era Vicario
General... Entonces le hice saber que pensaba irme a misiones y recuerdo que me
dio un dinero de su bolsillo para el seminario: en medio de una conversación le
predije que sería obispo, y ya es obispo... Bueno, esto es sólo una anécdota,
si le consagraron como obispo sería por sus méritos, no porque yo se lo
predijera.
El nuevo obispo del Callao (Perú), monseñor José Luis del Palacio Pérez-Médel (Madrid, 1950), cuyo lema episcopal
es "Ama y haz lo que quieras" [Tomado del "web
site" de la Diócesis del Callao: www.diocesisdelcallao.org].
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Se nombra aquí a la ciudad de Arequipa, capital de la provincia homónima y del departamento de Arequipa, sede del Tribunal Constitucional, considerada como la «Capital Jurídica del Perú», y la segunda ciudad más poblada del país -con 805.150 habitantes (2007)-. Y Ayacucho, fundada como San Juan de la Frontera de Huamanga, también conocida como Huamanga, capital de la provincia de Huamanga y del Departamento de Ayacucho. Se encuentra situada en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes a una altitud de 2.746 metros sobre el nivel del mar y se caracteriza por su clima agradable, templado y seco, con brillo solar todo el año.
Vista de la Basílica-Catedral Virgen de las Nieves en Ayacucho (Perú) [Tomado de Wikipedia, La
enciclopedia libre].
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Finalmente, comenta:
·
Me dijeron que continuara
estudiando y terminé la licenciatura, pero me falta presentar la tesis y no
puedo prepararla, porque no tengo tiempo... Para mí es más satisfactorio el
contacto con la gente, pero también comprendo la necesidad de responsabilizarse
de los chicos, los que serán futuros sacerdotes. De hecho mantengo contacto con
todos los curas que han pasado por el seminario: de vez en cuando los llamo, comemos
juntos y me cuentan sus problemas y las necesidades que tienen: son buena gente
y muy agradecida. Aunque echo de menos la actividad pastoral... Pero es lo que
me ha tocado y lo acepto con gusto, porque estoy convencido de que es la
voluntad de Dios, lo que el Señor quiere de mí: Si sigues la voluntad de Dios, Dios
acaba haciendo la tuya; y las dos voluntades se hacen una... –eso es lo que
yo creo y practico continuamente-. Eso les digo a los chicos, que tengan
confianza, que sean sinceros, que no tengan miedo de decir la verdad de lo que
piensan... Les pido que me llamen Carlos, pero allí todos me dicen “Padre”,
pues son muy respetuosos...
Don Carlos Esparza Gómez (Torrebaja, 1960) durante el "besamanos" en la parroquialSanta Marina de Jerusalén de Torrebaja (Valencia), junto con el párroco de entonces, don Arturo García Pérez, año 2000.
Don Carlos Esparza Gómez (Torrebaja, 1960) durante el "besamanos" en la parroquialSanta Marina de Jerusalén de Torrebaja (Valencia), junto con el párroco de entonces, don Arturo García Pérez, año 2000.
Palabras finales.
Dejamos aquí la conversación con don Carlos
Esparza Gómez, sacerdote, natural de Torrebaja (Valencia), misionero
itinerante del Camino Neocatecumenal en Perú. Su vida tiene el interés del
testimonio al que le ha conducido su vocación misionera y la labor
evangelizadora y docente en la que actualmente se halla. Atrás quedan sus
recuerdos de infancia en su pueblo natal y en Teruel, su actividad laboral en
unos grandes almacenes de Valencia -como aprendiz, vendedor y comercial de ropa
de niños-, su fallida experiencia de matrimonio, la marcha a Alicante y su
apertura a la llamada del Señor en un encuentro de jóvenes con el Papa Juan Pablo II en Galicia, que le condujo desde el Monte do Gozo a su ofrecimiento a la vida religiosa
en la plaza del Pilar de Zaragoza.
En suma: su noviciado en la
labor misionera en España e Italia –desde aquel providencial retiro de Porto San Giorgio- y su partida
para tierras americanas constituye una opción de vida. El lejano Perú ha sido
su destino, allí se formó y ordenó como sacerdote, y allí ha venido ejerciendo
su labor pastoral, como propagador de la fe católica, como rector y director
espiritual en varios seminarios de su carisma. Su vida de donación y
obediencia, lejos de su tierra, de sus familiares –madre, hermano, sobrinos...-
y amigos constituye un ejemplo de renuncia personal, de sacrificio y entrega
gozosa a los demás; singularmente a los chicos peruanos más necesitados.
Estimado Carlos: ¡Quiero creer
que has hecho la voluntad del Señor, y el Señor la tuya...! Vale.
Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia
de Cultura Valenciana (RACV)