miércoles, 6 de octubre de 2021

Material Tú Eres Misión: "La Virgen, modelo de misionera"

¿Cómo hablar de Misión y no hablar de María?

Ella, verdadera Madre de Dios y de los miembros de Cristo, de la Iglesia, como decía San Agustín "colaboró con su amor a que nacieran en la Iglesia los creyentes". Y esta maternidad, iniciada desde el momento de la concepción virginal de Cristo continuó más allá de su muerte. 

Elegida para la trascendental misión de ser la Madre de Cristo Rey y Mediadora universal de todas las gracias, María es Reina de las Misiones, porque ella fue la primera misionera, aún antes que el mismo Cristo, al llevarlo en su seno y darlo a conocer al mundo. Hoy, ella continúa dando a conocer a su Hijo a los hombres, y es guía y modelo de los misioneros, por eso es llamada también "Estrella de la Evangelización"

María fue la primera evangelizada y la primera evangelizadora. Fue Ella la que acogió con fe la Buena Nueva de la salvación, transformándola en anuncio, canto, profecía. Fue Ella la que dio a todos los hombres la mejor directiva espiritual a ellos consignada: "Haced lo que (Jesús) os diga" (Jn 2,5). 

Modelo de oración

En su peregrinación de la fe se mantuvo fiel hasta la unión con su Hijo en la cruz. Después de la Ascensión, estuvo presente en los comienzos de la Iglesia con sus oraciones. Reunida con los apóstoles y algunas mujeres, María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra.

Siguiendo su ejemplo, toda comunidad y toda persona podrá cultivar mejor su dimensión "contemplativa" y "misionera".

Cuando rezo ¿Pido la Gracia del Espíritu como ella, por mi y por el resto de sus hijos? ¿O más bien pido por aquello que deseo sin tener en cuenta la Voluntad de Dios?

Modelo de santidad 

"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo".  La Asunción constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos.

Pero su papel con relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos. "Colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su obediencia, su fe, esperanza y ardiente amor".  

En mi vida ¿Busco responder de manera total y generosa a la llamada que Dios me hace? ¿O en según qué momentos y para qué cosas evito escucharle?

Modelo de fe y caridad

Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad".

María, Madre y Reina de los Apóstoles acompañó desde el inicio el camino heroico de los misioneros. Hoy inspira a los creyentes imitarla en la solicitud premurosa y solidaria por el vasto campo de la actividad misionera. 

En los momentos de dificultad ¿Desfallezco y desconfío de Dios? ¿Me olvido de mis hermanos y pienso solo en mi? ¿O permanezco fiel y atenta a las necesidades del mundo?

En definitiva... Modelo de Misionera

La Misión de Cristo, hoy de la Iglesia, llevada a cabo por cada uno de nosotros, es llevar esa Buena Noticia de la salvación a cada rincón de la tierra, a cada persona. Con ello, la Virgen, con su asunción a los cielos, no abandonó su misión salvadora, sino que continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna. 

María está presente dondequiera la Iglesia lleva a cabo la actividad misionera entre los pueblos, para guiar y consolar a los heraldos del Evangelio y sostener en la fe a las nuevas comunidades cristianas que surgen del anuncio misionero.

Hoy, como María, puedo responder con un SÍ generoso al llamado que Dios me hace a salir a las periferias geográficas y existenciales del mundo ¿Estoy decidido?


María, Madre de Jesús y Madre nuestra, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en este mundo, hasta que llegue el día del Señor, brilla ante el Pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza cierta y de consuelo. Que ella, la primera discípula misionera, haga crecer en todos los bautizados el deseo de ser sal y luz en nuestras tierras.