miércoles, 25 de septiembre de 2019

La visita del Papa a Mozambique a través de los ojos de los misioneros valencianos


los misioneros valencianos que trabajan en Mozambique, que han manifestado lo que ha significado para ellos y para el propio país, la reciente visita apostólica del Papa Francisco. Entre las muchas personas que participaron en los actos de la visita, se encontraba la hermana María Gómez-Lechón, valenciana e Hija de la Caridad, que-lleva a cabo su misión en Nacala en una escuela secundaria con adolescentes. Ella participó, junto a la comunidad de hermanas de la Hijas de la Caridad, en los actos de Maputo.


En uno de los actos que participó fue en el encuentro con religiosas, sacerdotes y seminaristas que tuvo lugar en la Catedral. “Ha sido muy emocionante ver al pueblo de Mozambique volcarse para recibir al Papa. Me impresionó ver tres ancianas en la puerta de la Catedral, que sabiendo que no podrían entrar, solo querían saludar desde la lejanía al Papa”, relata a Paraula.

La visita para las hermanas, detalla, “ha supuesto un impulso espiritual y además ha reforzado la fraternidad entre los mozambiqueños y ha reforzado el sentimiento de unidad y reconciliación. De hecho, uno de los aspectos que destaca la religiosa valenciana es que “ha sido una oportunidad de diálogo interreligioso de las múltiples religiones presentes en el país”. De las palabras del Papa, María destaca cómo les ha impulsado a la misión, ya que “África tiene que ser un continente en salida”.

“Ha sido precioso ver como el pueblo sencillo, gobernantes y líderes religiosos han trabajado juntos por hacer de este encuentro un acontecimiento de bien para todo el país”. La misión en la que se encuentra la hermana María trabaja con jóvenes adolescentes para que den continuidad a la enseñanza primaria y la enriquezcan con cursos de formación de informática y costura, entre otros. Precisamente tres jóvenes valencianos estuvieron este verano en esta misión y fueron partícipes de los preparativos de la visita del Papa a este país africano.

Uno de los momentos más emotivos durante los días en Mozambique fue la visita a Casa Mateo 25, una iniciativa de la Nunciatura Apostólica en Mozambique que atiende a niños y jóvenes que viven en la calle. La casa, cuyo nombre hace referencia al capítulo del evangelio de Mateo “tuve hambre y me disteis de comer…”, acogió una visita privada del Papa y que no fue seguida por los periodistas. En ella además de las congregaciones que trabajan en ella normalmente fueron invitados otras que hacen actividad caritativa en la ciudad. Entre ellos se encontraban dos religiosas de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que acudieron con 15 ancianos de su residencia de Maputo.

Una de estas religiosas era la valenciana Sor Ángeles Grande. Como cuenta fue un “encuentro íntimo e inolvidable tanto para las religiosas como para los ancianos”. Además, para ella fue toda una sorpresa porque por problemas de salud no podía acudir a los encuentros masivos. Además, lo vivido allí lo recordarán siempre, puesto que el Papa abrazó a los ancianos con los que acudieron y animó a las religiosas a seguir adelante con la misión que realizan. “El encuentro me ha hecho muy feliz, fue maravilloso”, destaca la religiosa.

Además, las hermanitas fueron las encargadas de adornar con flores la capilla del centro en la que el Papa comenzó su visita. Carlos, uno de los ancianos acogidos cuenta también a Paraula que “fue impresionante y me hubiera gustado estar más con el Papa” En este sentido, otro anciano, Augusto, relata que “nunca imaginó que pudiera darle un abrazo al Papa”. Los ancianos acudieron a este encuentro con una pancarta elaborada por ellos que destacaba una de los aspectos que el Papa suele resaltar de los ancianos: “los ‘memoriosos’ de la historia dan la bienvenida al Papa”. Las hermanitas también participaron en los otros encuentros que se realizaron en la ciudad.

Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados cuentan con dos misiones en Mozambique. Una de ellas está en Maputo, donde hay cuatro religiosas, y otra en Xai Xai, con cinco religiosas. En cada una atienden a cerca de cien ancianos. “El anciano en la mayoría de las veces es expulsado de casa o abandonado por tema de cultura. Aquí la gente cuando tiene muchos problemas en casa dicen que la culpa la tienen los ancianos y el problema se resuelve echándolo de casa”, cuenta Ángeles. Ellas llegaron a Mozambique de la mano del sacerdote valenciano Vicente Berenguer, que estuvo 50 años de misionero en el país africano. En Mozambique hay más de 90 misioneros españoles. Entre ellos se encuentra también el mercedario valenciano Juan Carlos Cabrera, que lleva a cabo su misión en Xai Xai.

PARAULA