En un acto celebrado en el Ayuntamiento para la entrega de Honores y Distinciones con motivo del próximo 9 d´Octubre, el misionero valenciano, natural de la localidad alicantina de Teulada, de 80 años de edad y perteneciente a la archidiócesis de Valencia, ha recibido este reconocimiento por su “trabajo en la escolarización de las generaciones más jóvenes de Mozambique”.
Así, desde que Vicente Berenguer llegó a Mozambique en 1967 ha construido más de una decena de escuelas para miles de niños y jóvenes de familias sin recursos contribuyendo a la escolarización de más de 60.000 niños.
Según expresa el propio misionero, tras recibir el título de Hijo Adoptivo, “es una alegría muy grande recibir este reconocimiento a un trabajo que he podido realizar con la ayuda y apoyo de muchos grupos y gente de Valencia y de otras partes; por eso, es un premio para todos”.
Para Berenguer, además de la “parte más doctrinal o sacerdotal en las parroquias donde ha estado”, la formación en escuelas ha sido su gran dedicación porque "la educación, especialmente en países como éste, es esencial para el desarrollo".
Además, ha desarrollado diferentes iniciativas a favor de personas mayores. De hecho, fue él quien solicitó la presencia en Mozambique de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, para que atendiesen un asilo en el barrio de Mayangalene de la capital del país, Maputo.
Actualmente, es párroco de la Iglesia de San José en la localidad de Ressano García un pueblo fronterizo con el vecino país de Sudáfrica. “Estos 50 años me han dado vida”, según expresa el misionero que asegura que “la gente de Mozambique me ha enseñado a amar, a entregarme, a compartir, a abrir las puertas y a ser solidario”.
El alcalde de València, Joan Ribó, ha agradecido al misionero “su labor para difundir los valores de convivencia, su humanismo y compromiso con la solidaridad y ayuda a los otros, unos valores que ya trasladó a Mozambique allá por el año 1967, cuando viajó por primera vez”.
Vicente Berenguer Llopis
Vicente Berenguer Llopis nació en el municipio alicantino de Teulada en 1937. Desde que llegó a Mozambique en 1967 ha dedicado su vida a la defensa de la educación de niños y jóvenes como uno de los pilares fundamentales para erradicar la pobreza.
El misionero trabajó en el Ministerio de Educación y en 1990 se dedicó a la puesta en marcha de escuelas de primaria y secundaria en diferentes barrios de Maputo, capital de Mozambique.
Fue la primera persona no mozambiqueña que recibió el Premio al Trabajo del Ministerio de Educación de Mozambique y en 2008 recibió el "Premio Fundación por la Justicia" por su trabajo en defensa de los Derechos Humanos y, en particular, los de la infancia en Mozambique y en 2013 la Distinción de la Generalitat Valenciana.
