viernes, 17 de febrero de 2017

Un misionero valenciano en Ecuador solicita ayuda para reconstruir su iglesia derrumbada por el terremoto de abril de 2016

Atiende a 7.000 personas que participan en misas en una cancha al aire libre

VALENCIA, 17 FEB. (AVAN).- El seminarista valenciano Rafael Alventosa, que lleva tres años como misionero en Ecuador, ha visitado la Fundación Ad Gentes del Arzobispado para seguir con el proyecto de reconstrucción de una iglesia derrumbada por el terremoto del año pasado en el país.

Se trata de la iglesia San Juan Bosco perteneciente a la parroquia de San Patricio, que atiende a más de 50.000 personas en la ciudad portuaria de Manta, en la provincia de Manabi, donde lleva más de diez años el misionero de l´Alcúdia de Crespins Ramón Peris, responsable del proyecto.

La iglesia quedo gravemente dañada durante el terremoto del pasado mes de abril y es necesaria su reconstrucción. Para ello, el templo fue demolido totalmente con el fin de volverlo a construir con cimientos antisísmicos, lo que incrementa ampliamente el coste de su edificación.

Actualmente, las eucaristías y catequesis se están celebrando al aire libre en una cancha deportiva situada al lado de la iglesia que atiende a cerca de siete mil personas y que estaba previsto que en los próximos meses fuera designada parroquia.

Además, la labor pastoral de la iglesia incluye el reparto de una canastilla de alimentos de primera necesidad una vez a la semana a aquellas familias más necesitadas así como ayuda para costear las facturas de agua y luz.

El proyecto lo presentó fue presentado por Ramón Peris el año pasado y desde la Fundación Ad Gentes ya se ha comenzado a enviar parte de la ayuda concedida, para intentar comenzar las obras el próximo mes de marzo. En total, serán más de 15.000 euros los que este año va a destinar la Fundación Ad Gentes a esta obra.

Entrega de alimentos y medicamentos

Según ha explicado el propio misionero, que será ordenado diácono el próximo 25 de marzo, “para los habitantes de allí nuestra misión es como un bálsamo ya que la gente viene y si necesita hablar se le escucha, si quiere alimento o medicamentos se le da”.

Igualmente, la propia misión cuenta con una farmacia y un centro médico con voluntarios especialistas que trabajan en hospitales y vienen por las tardes para atender a las personas.

Por otro lado, Rafael Alventosa ha asegurado que “pastoralmente es una misión muy activa, por ejemplo, tenemos más de dos mil jóvenes en catequesis, 80 monaguillos y ya han salido 4 seminaristas”.

Asimismo, el misionero ha explicado que “desde la parroquia también estamos ayudando a los habitantes que aún están viviendo las consecuencias del terremoto del abril del año pasado”. (AVAN)