El pasado 16 de abril, la Tierra tembló para dejar incalculables daños en Ecuador. Desde allí, los misioneros valencianos Ramón Peris y Rafa Alventosa nos remiten esta carta.
viernes 22 de Abril
Queridos
amigos, familiares y hermanos todos:
En
primer lugar expresaros mi agradecimiento por vuestra preocupación y
solidaridad para con nosotros. Hemos recibido, tanto Rafa como yo mismo,
innumerables mensajes que nos muestran vuestro cariño y atención para con
nosotros y el pueblo ecuatoriano al cual servimos con inmenso amor,
especialmente en estos momentos de prueba y desconsuelo por las víctimas del
terremoto que asoló esta provincia el sábado pasado.
La
Madre tierra tiene sus ritmos y leyes propias y ha mostrado toda su furia… no
es culpa de nadie, claro está, pero cuando sucede… las consecuencias son
desastrosas.
Les
diré que estamos “bien”…, asustados y a la vez esperanzados y que en medio de
la noche y el dolor, vislumbramos la luz pascual del Señor resucitado. SENTIMOS
DE MANERA ESPECIAL LA PRESENCIA DE JESÚS, SU PROTECCION, SU BENDICIÓN, su
ánimo.
Después
de varios días sin luz, sin agua, sin comida, y en medio de una gran confusión,
parece que las cosas van retomando vida. Hay muestras de solidaridad muy
grandes, por ejemplo, el miércoles y sin avisar, llegó un padre amigo mío desde
Quito, Padre William Rojas, rector del seminario Santa María (nueve horas de
viaje) con la furgoneta llena de víveres y dispuesto a ayudar en lo que sea,
¡qué alegría cuando le ví entrando en mi casa! Con rapidez y eficacia, con la
ayuda de los monaguillos y jóvenes de la parroquia organizamos bolsas de comida
y la llevamos en primer lugar a los discapacitados … agua, arroz, atún, aceite,
galletas de chocolate …
Las
pérdidas materiales han sido de gran magnitud, pero sobre todo pérdidas
humanas. Me ha tocado enterrar a familias enteras, niños con sus padres y
abuelos, gran número de jóvenes de nuestro barrio que trabajaban en el centro
de la ciudad … ¡¡qué dolor y que angustia para las familias!!
Desde
la fe todos estos acontecimientos, a pesar de ser trágicos, no nos permiten
hundirnos en el vacío y la desesperación, al contario es momento de elevar el
corazón al creador y orar con más intensidad “ El Señor es mi luz y salvación,
¿a quién temeré? el Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
(Salmo 26)
Hay
que agradecer de corazón a todas las personas que en primera línea han
trabajado para rescatar a los supervivientes y entregar a los muertos a sus
familias, LOS RESCATISTAS, BOMBEROS Y PROFESIONALES SON AUTÉNTICOS HOMBRES
VALIENTES Y SOLIDARIOS, los hay de ecuador y también de otros países. Dios les
bendiga por la inmensa labor humanitaria que están realizando.
La
Iglesia católica también se ha situado en primera línea de acción, los Obispos,
los sacerdotes y seminaristas y los católicos en general nos hemos puesto las
24horas del día al servicio de los afectados desde diversos campos de acción,
centros de acopio donde llegaban los víveres para distribuir, atención
espiritual y humana, ayuda para limpiar escombros … TODOS ESTAMOS UNIDOS COMO
HERMANOS EN LA TAREA DE LEVANTAR MANABÍ, así se llama la provincia: Manabí;
cuya capital adminsitrativa es Portoviejo y Manta es la capital económica.
El
gobierno de la nación, el presidente Rafael Correa, como debe ser, ha puesto
todos los recursos del país a disposición de damnificados.
Aquí
en nuestra misión San Patricio han quedado afectadas algunas capillas,
sobretodo la de San Juan Bosco, tendremos que derribarla y volverla a
construir, también la casa parroquial tiene fisuras importantes, aunque parece
que las bases fundamentales no han sido tocadas, daños materiales muchos … pero
con el tiempo y la solidaridad lo podremos reconstruir.
Quiero
agradecer a los jóvenes de la parroquia, especialmente a los monaguillos, por
mostrarnos su gran afecto; a Rafa y a mí
no nos dejan ni a sol ni a sombra, hasta algunos duermen en carpas con nosotros
en el patio parroquial, formamos un equipo fabuloso.
Un
sentido abrazo misionero en Cristo a todos; amigos, familiares, sacerdotes, OMP
de Valencia, sin olvidar a nadie, vuestros correos y mensajes nos han llenado
de esperanza al saber que no estamos solos. Un saludo muy especial a nuestras
queridas familias, hermanos y sobrinos y las queridísimas parroquias de San
Onofre de l’Alcúdia de Crespins y de San Jaume d’Aiacor.
Aquí
la Madre tierra continua temblando y asustándonos … parece que durante unos
meses las réplicas se sucederán, la queremos perdonar de corazón, pero le
pedimos por favor, que los temblores no lleguen a ser devastadores, recemos
juntos para que así sea, que el Dios
grande, santo e inmortal nos libre de todo mal.
Bendiciones
desde la misión San Patrico en Manta.
No
les mando fotos para no asustaros … ya han visto bastante en televisión.
Cordialmente,
Padre
Ramon