miércoles, 2 de marzo de 2016

La Virgen de los Desamparados que llegó a la India

Miles de personas, incluidas no cristianos, se aglomeran cada año en el Santuario de Nuestra Señora de la ciudad india de Vadodara, en el Gujarat. Pocos de ellos saben que la estatua de la Madre de los Desamparados que los recibe desde el fondo del Santuario, ubicado en el barrio de Fatehgunj, se salvó “milagrosamente” de la ira de quienes perseguían la religión en España en 1936, durante la Guerra Civil.
Según parece, el santuario fue proyectado por un misionero español en los años treinta, que vio la necesidad de levantar en Gujarat una capilla dedicada a la Madre de Dios. Aunque no es seguro, por la confusión de datos y el extravío de las órdenes de encargos que hubo durante la Guerra Civil en España, el misionero pudo ser un joven jesuita, valenciano, que consideró que la imagen de los Desamparados, que tanta devoción suscitaba en su tierra, sería la apropiada para el santuario, en una tierra con tantos desamparados y abandonados. El misionero, y esto sí que es seguro, encargó una réplica de la imagen original del siglo XV al escultor valenciano Francisco Cuesta, que la terminó poco antes de que estallara la Guerra Civil en España. La casa del escultor fue asaltada por los milicianos, su colección de obras destruida, pero, misteriosamente, la estatua destinada a Gujarat no fue encontrada. Fue la única estatua que escapó a las profanaciones. Tardaría dos décadas en llegar a Vadodara, ya en 1956.
Como la Virgen de los Desamparados de Valencia, la de Vadodara parece que se inclina para recibir a quienes acuden a rezar. El artista reprodujo el efecto que tiene la imagen de Valencia, que, en su origen, era una imagen de la dormición de María, con la cabeza ligeramente levantada. Al ponerla de pie, el efecto es que parece que se inclina a escuchar.
El capellán del santuario, el padre Lawrence Lobo, explicaba que “la gente que viene aquí acaba conectando emocionalmente con este lugar. Cada año, durante la fiesta del 26 de enero, más de 50.000 personas vienen a la iglesia desde todo el país”.

El santuario atrae a un gran número de jóvenes entre las filas de devotos que cada año ofrecen miniaturas en cera de casas, vehículos, bebés y partes del cuerpo afectadas por enfermedades a la Virgen. Todos ellos rezan casi con las mismas palabras que los fieles de la lejana Valencia: “Madre de los Desamparados, toma bajo tu cuidado maternal a todos a los que el mundo desprecia y abandona…”.

Fuente: OMPress