José María Calderón, Director Nacional OMP España:
Ser Director Nacional de OMP no es todo lo bonito y divertido que pueda parecer en ocasiones. Hay mucho trabajo y muchas cosas que sacar adelante. Pero también hay algo que me sorprende, me impresiona y me hace sentir que vale la pena este esfuerzo: hay mucha gente buena, como tú, que no deja de vivir la misión y que se emociona sabiendo que Cristo está siendo predicado en tantos lugares del mundo por el trabajo que la Iglesia misionera está haciendo.A todos vosotros, ¡muchas gracias! Sois la mejor recompensa que tenemos en OMP por el trabajo que realizamos. La campaña para secundar la iniciativa del Papa y ayudar a los países en misión a salir adelante a pesar del coronavirus está siendo un éxito, y lo estáis haciendo posible todos vosotros.Desde las misiones hemos recibido muchos testimonios de gratitud por las ayudas enviadas:
Jesús Tirso Blanco, obispo de Luena, Angola:
"La mayor parte de la población de Luena vive sin acceso al agua potable. A causa del Covid los alimentos básicos han duplicado su precio y las familias no pueden alimentarse, el desempleo es altísimo y la situación se está volviendo dramática.
A lo largo de estos años, con el apoyo que envía OMP, la Iglesia ha construido muchos pozos de agua que ahora permiten llevar agua a diversos puntos de la provincia. Estamos distribuyendo jabón y baldes para la higiene. Con los vehículos de la diócesis llevamos agua a más de 80 familias que no pueden desplazarse para conseguirla. En algunas zonas, en vez de distribuir comida directamente, fomentamos proyectos agrícolas para que puedan cultivar las tierras y obtengan sus propios alimentos.Incluso con los templos cerrados seguimos repartiendo alimentos entre los más pobres, llevamos comida a los numerosos niños de la calle y ofrecemos ayuda espiritual, creando espacios nuevos para anunciar el Evangelio".
Emmanuel Felemu, obispo de Kankan, Guinea:
"En Kankan mucho antes de la pandemia del coronavirus, nuestros cristianos vivían en prácticamente miseria. Ahora la situación es cada vez más preocupante. Gran parte de población son campesinos que cultivan arroz, otros viven de su trabajo en pequeños talleres o comercios, algunos son enfermeros o maestros... todos necesitan su sueldo para poder satisfacer las necesidades más básicas.Las ayudas que hemos recibido de OMP las utilizamos para estar junto a ellos y ayudarles. Las parroquias son ahora verdaderos centros de ayuda económica, de apoyo educativo y, sobre todo, de esperanza en medio de tantas dificultades. Ahora más que nunca, las comunidades necesitan que los sacerdotes, religiosos y religiosas estemos a su lado".
Virgilio do Carmo da Silva, obispo de Dili, Timor:
"Durante este año Timor ha sufrido convulsiones sociopolíticas que han creado gran inestabilidad social. La temporada de lluvias dejó terribles inundaciones, muchas personas se quedaron sin hogar y sin acceso al agua potable y lo más duro, se perdieron las cosechas en varias zonas del país. La llegada del Covid ha llevado al límite estas trágicas situaciones.La Iglesia está ayudando en sus necesidades más básicas a los golpeados por el desastre y a darles esperanza de cara al futuro. Las 32 parroquias de Dili se han organizado para que nadie se 'quede atrás', para que ninguna familia carezca de lo más necesario. Vuestra generosidad, a través del Fondo de Emergencia de OMP, servirá para comprar alimentos y distribuirlos entre los más necesitados".