lunes, 27 de junio de 2022

Crónica de oración por las misiones en el Monasterio de los Santos Patronos de Europa, en L’Ollería

El día domingo 12 de junio de 2022, Solemnidad de la Santísima Trinidad, Jornada de oración “pro orantibus”, día en que toda la Iglesia se dedica a rezar “por los que rezan” (los contemplativos), la Delegación de las misiones se hizo presente en nuestro Monasterio de los Santos Patronos de Europa para rezar juntos por los misioneros de todo el mundo.

Las Vísperas fueron presididas por Don Rafael Alventosa, y comenzaron con la siguiente introducción:

“En la plenitud de los tiempos, el Padre envió a su Hijo a la tierra para realizar la redención de los hombres. En el día de Pentecostés, el Padre y el Hijo enviaron el Don prometido, el Espíritu Santo. A imagen de estas dos misiones divinas, también la Iglesia y cada cristiano es enviado por la Santísima Trinidad para dar cumplimiento al mandato misionero: Id por todo el mundo y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Esta misión debe desempeñarse “con el fervor y el entusiasmo de los santos, aún en los momentos de dificultad y persecución”, “aun a costa de renuncias y sacrificios”, haciendo más y mejor por la causa de Cristo, sabiendo al mismo tiempo que el principal protagonista de la misión es el Espíritu Santo: todo es gracia y nada podemos sin Él.

Y es justamente por medio de la oración que pedimos esta asistencia especial del Espíritu Santo sobre todas las misiones de la Iglesia. Por eso, hoy nos reunimos aquí, invitados por la Oficina de las misiones de nuestra diócesis, para rezar por los misioneros, por las vocaciones, por los millones de hombres y mujeres que no conocen aún a su Creador y Redentor, y yacen en las tinieblas del pecado y la ignorancia, aguardando el anuncio portador de la fe, la esperanza y la caridad que salva.”

Durante el canto de Vísperas, con el Santísimo Sacramento expuesto, una de nuestras Hermanas compartió con los presentes su testimonio como misionera en Extremo Oriente (Taiwán), ya que muchas de nuestras hermanas contemplativas, antes de pasar a la Rama contemplativa de nuestro Instituto, han tenido algunos años de vida misionera en la Rama apostólica.

La Hna. María Francisca Xavier explicó brevemente los desafíos que presenta la misión en un país mayoritariamente pagano, y la importancia de la vida de oración para poder ser canal de gracia. También destacó los distintos pasos en la inculturación, condición básica para evangelizar un pueblo: a) testimonio de caridad desinteresada, b) conocimiento profundo de sus tradiciones y raíces culturales, c) discernimiento claro y sobrenatural de los valores culturales que se pueden asumir, acordes a la dignidad del ser humano llamado a la unión con Dios, y que ayudan a un acercamiento al Evangelio, y d) predicación de Cristo, Hijo de Dios, y de su mensaje en su totalidad, siendo conscientes de que solo la Verdad conocida puede ser amada y asumida existencialmente. Por eso el misionero debe encarnar a Cristo en sí mismo y predicarlo valientemente, para poder prolongarlo en las almas que Dios le encomienda. Finalmente, resaltó la fe como fundamento de la vida misionera, especialmente en lugares donde los frutos no siempre son visibles: ya el hecho de estar presente en tierra de misión “ad gentes” es una gracia y un privilegio. El deber del misionero es sembrar, regar con paciencia y perseverancia… pero es Dios el que hace florecer y fructificar la labor misionera en las almas, ¡los frutos son Suyos!

Damos gracias a Dios por poder contribuir -con nuestra vida escondida de oración y sacrificio- a la tarea misionera de la Iglesia. Desde nuestra clausura podemos llegar a los confines de la tierra, acompañando y alentando a los misioneros, colaborando con Dios en la salvación del mundo.

Hermanas “Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará”

Monasterio Santos Patronos de Europa (L’Ollería, Valencia)